Pastelería California, una postal de otra época –y otra capital– invita a hacer una pausa y a tomarse la vida con relajo. Nos recibe un hombre de sonrisa fácil y de un hablar, que a pesar de los años viviendo en nuestro país, mantiene un característico acento italiano. Es Don Giuseppe, el dueño de casa, quien nos atiende una mañana de verano en el Salón de Té California, uno de los icónicos en Ñuñoa. Con él hablamos de pasteles, de atención al cliente y de Nora, su gran amor.
¿Cómo fueron esos primeros años en Chile?
Viví en Italia, en un pequeño pueblo llamado Roccadaspide, al sur de Nápoles junto a mi madre y mi hermano Doménico. Llegué a Chile el año 1954, tenía 22 años, la situación en Europa era muy complicada después de la guerra. Mi padre había fallecido cuando tenía 11 meses, por tanto, casi no tengo recuerdos de él, salvo por fotografía que mi madre atesoraba. Mi hermano por su parte ya estaba en Chile. Así que decidí, venirme con mi madre. Con 22 años estaba lleno de fantasías y sueños. Llevo 61 años en chile, hoy tengo 83 años jajaja.
¿Cuál fue el momento o situación clave que marcó el nacimiento de Pastelería y Panadería California?
Cuando llegué a Chile el 54, trabajé en una fuente de soda llamada El Nino, ahí comencé, estaba ubicado en la plaza Brasil, que en aquella época era un paseo obligado de todo Santiago, pues no existía, providencia, ni malls ni nada, y luego nos vinimos acá a Ñuñoa, acá ya existía el salón de té California.
Para seguir hablando de los orígenes, ¿Qué fue primero, el Cine California (Actual Teatro Municipal de Ñuñoa) o el Salón de Té California?
Primero el salón de té (no tenía fábrica de pasteles), el dueño de California en aquella época, quebró, porque el cine se demoró demasiado en inaugurar, él tenía la esperanza que con el Cine su negocio crecería, además era lo más lógico, porque este sector era puro campo, no habías edificios… nada. Así que tuvo que bajar la cortina. Luego vino otro dueño, que tampoco le fue como esperaba, y luego nosotros con mi hermano compramos este Salón de Té (California) y mantuvimos el nombre, por supuesto el Cine ya estaba funcionando, así que nos fue bien, empezamos a tener clientes.
Por muchos años el cine atrajo mucha clientela a California ¿Recuerda algunas anécdotas o una historia que quiera compartir con nosotros?
No recuerdo nada específico, salvo que venían muchos políticos al Cine y luego pasaban a tomar té o a comer helados a comentar la película. No recuerdo nombres pero fue en el año 65 cuando compramos California. Ese año comenzamos junto a 8 personas a fabricar nuestros propios pasteles.
¿Cómo es un día en California, que hacen primero, cómo terminan la jornada?
La fábrica comienza a funcionar a las 8:00 y la atención al cliente a las 9:00 de la mañana hasta las 21:00 hrs. Muy temprano se le entrega una lista al maestro pastelero con los pedidos de los clientes, que nos hacen diariamente por teléfono (tortas, küchen principalmente) y también se produce lo que va para la venta al detalle, lo que consumen los clientes que vienen a desayunar, almorzar o tomar once. Gran parte de nuestra venta es a pedido.
61 años dedicado al negocio de la pastelería, estoy viudo hace 4 años, y este negocio me dado la fuerza y la energía… es toda mi vida y ha sido mi salvación, luego que falleció mi esposa Nora. Estuvimos casados 51 años.
¿Cómo celebró sus bodas de oro?
Mis hijos (tengo 2 y 4 nietos) nos hicieron una fiesta extraordinaria en el Estadio Italiano el año 2009 y mi esposa falleció 2 años después (2011).
¿Sus hijos trabajan con Usted?
No para nada, sólo vienen cuando necesitan una torta o pasteles [sonríe].
¿Es decir, ninguna posibilidad de heredar California a sus hijos o nietos?
No creo. Mi nieto más pequeño podría ser, pero no creo y la verdad es que no me preocupa porque siempre hay interesados en comprarme el negocio. Así decidiré realmente cuando me quiera jubilar.
¿Existe otro local de California?
Si tuve 2, una en el pueblo de inglés (Vitacura) y otra en Colón con Capitanía que la tuve más de 30 años. Y las cerré porque era demasiado trabajo y en este negocio hay que estar siempre. Me gusta atender al cliente personalmente, les pregunto a mis clientes si les gustó la torta, el sándwich, incluso yo mismo les sirvo el té o café con la torta, me gusta conversar con mis clientes. Nuestra relación es muy cercana, mis clientes son mis amigos y me llaman por mi nombre.
El California de Ñuñoa, siempre existió, tal cuál con el mismo nombre. Cuando llegué de Italia, trabajé en El Nino, fuente de soda que después compramos con mi hermano y mientras tanto trabajaba El Turín que pertenecía a la misma empresa. Luego vendimos El Nino, porque nos quedó chico y necesitábamos un local más grande y así llegamos al actual California. En El Nino conocí a mi esposa Nora, nos enamoramos y por supuesto, nos casamos. Y comenzamos con Doménico y Nora este maravilloso negocio.
¿Cómo fue la experiencia de trabajar juntos?
[Sonríe pícaro] Eh, bueno a veces había problemas, jajajaja, bueno la señora era un poquito celosa jajajaja, y por supuesto venía un de tirón de orejas…
¿Era muy coqueto con las clientas?
[Sonríe] bueno un poquito, pero en este negocio hay que ser así, pero ella nos ayudó muchísimo. Ella estaba casi todo el día a cargo de la caja, estábamos juntos todo el día, porque además cerrábamos muy tarde esperando la última función del cine… la extraño muchísimo.
¿Cuáles son las especialidades de California? ¿Qué delicias no nos podemos perder al desayuno?
Dos huevos fritos revueltos con pan de marraqueta tostado y un buen café o té, es mi favorito al igual que muchos de mis clientes. Entre sábado y domingo vendemos entre 60 y 70 pailas de huevo frito, algunos la piden con jamón, otros con queso.
¿Cuáles son los «Productos estrella» de California?
La favorita de nuestros clientes es la de merengue lúcuma. La segunda más solicitada es la Reina Ana (Biscocho con nueces y mil hojas, crema chantillí, manjar, y mermelada de cerezas). Para mí, el mejor es el pastel de mil hojas con crema pastelera. Aunque no soy muy goloso, hago personalmente el control de calidad.
¿Qué tipo de clientes lo visitan, jóvenes, mayores?
Desde hace 3 años, la mayoría es gente joven, familias jóvenes con niños entre 30 y 40 años, especialmente los fines de semana. En la semana, gente un poco más mayor, y antiguamente mucho adulto mayor. Se ha ido rejuveneciendo mi clientela, hay tanto edificio nuevo, me siento feliz con la “lolería”, me hacen sentir joven (jajaja), me encanta que pidan huevos para el desayuno y raspen la paila, eso me encanta.
¿Cómo se mantiene la calidad, la tradición?
La calidad se ha mantenido desde siempre y tratando siempre en mejorarla. Cuidando la materia prima. He trabajado por años con los mismos proveedores: Watt’s (Margarinas) y Soprole (Crema Chantillí, no usamos cremas sintéticas), ambas empresas cuentan con productos de gran calidad y atención impecables.
Hábleme de su maestro pastelero
Trabajamos juntos hace 50 años, nos conocemos de toda la vida. Es tremendamente exigente con las materias primas y la elaboración de cada una de nuestras recetas. Es muy creativo y siempre está innovado en la cocina. Hace poco creó la torta Cleopatra, y le pusimos así, por lo “rica” (jajajaja). Somos muy exigente con la calidad y la tradición, ahí no transamos. Ya mayoría de los empleados son personas que trabajan conmigo hace al menos 40 años, así que nos conocemos muy bien.
¿Cuentan con línea de productos libres de azúcar?
Si por supuesto, tenemos pasteles, tortas y helados sin azúcar (tenemos tortas y pasteles de piña, lúcuma y mil hojas con crema chantillí y frambuesa). No tenemos línea para diabéticos, siempre decimos que tenemos pasteles y torta sin azúcar, porque los diabéticos no pueden consumir harina, por tanto, siempre aclaramos que contamos con productos sin azúcar. Además mi señora y mi maestro pastelero tienen diabetes, así que saben perfectamente lo que eso implica. Ellos empezaron a crear estos productos sin azúcar, los probaban y luego se controlaban con el glucómetro para ver si les había subido el azúcar… ningún problema (risas)
El 2014 cumplieron los primeros 50 años ¿Cómo imagina los siguientes 50?
No hay planes, sólo vivir y disfrutar cada día. Pero este año viajaré a Italia. ¿Viajará solo? Si, por supuesto siempre viajo solo. Uno se acostumbra a estar solo, Si estuviera en la casa tal vez, habría buscado una compañera en mis viajes, pero este negocio ahora es mi vida, mi familia.
Vemos que usa dos argollas de matrimonio…
Si, la mía y la de mi señora. Conocí a mi esposa en El Turín, donde nos enamoramos, pololeamos 2 años y estuvimos juntos 51 años… y la extraño diariamente. Tenemos 2 hijos, mi hijo es médico y mi hija es ingeniero agrónomo.
El Salón de Té y Pastelería California ha resistido muy bien el paso del tiempo y ha continuado siendo ese punto de encuentro de los vecinos del sector, a la hora del té, o en ese café del mediodía. Por lo mismo, no es raro encontrarse con su salón del segundo piso o la terraza completamente llenos, cualquier día de la semana.
Larga vida para el California, ¿qué más puede pedirse?
Fuentes :
RedBakery