La Virgen es un bar-restaurant de tapas chilenas, con una envidiable vista hacia la virgen del cerro San Cristóbal. Su decoración es sencilla y nada de ostentosa, está hecha con plantas y flores en las mesas, sillones en las esquinas, maderas y pallets, todos elementos que le dan un toque rústico y relajado.
Aquí el fuerte son las tapas a la chilena, las que al ser un poco más contundentes que las típicas tapas españolas, cumplen la función de equilibrar los buenos tragos con la sabrosa comida. Las
porciones son ideales para compartir entre un grupo de personas. En resumen, una magnífica alternative para salir a compartir.
Aquí nos topamos con uno de los cinco dueños, el Chef Ejecutivo Luife Murillo, quien estudió un tiempo en España, donde se impregnó de los sabores mediterráneos, con quien pudimos conversar un rato. “Este proyecto surgió por mis socios – me respondió con voz segura –. Uno de ellos ha sido mi mejor amigo por varias décadas, y todo partió como una asesoría, de ahí nació la sociedad. De los cinco socios que somos, soy el único que a la vez es empleado”.
¿Cuándo inauguraron el restaurant?
“Abrimos el 16 de marzo, ya falta poquito para celebrar el aniversario. La experiencia ha sido increíble – agrega sonriente –, claro que súper agotador, ya que como buena pyme nos toca hacer de todo, pero no nos podemos quejar, ha sido increíble”.
¿Qué son las tapas chilenas?
“Las tapas chilenas son reinterpretaciones de platos clásicos de la cocina nacional. Por ejemplo tenemos empanadas de pino, loco o prietas, papas rellenas con camarones y quesos, sándwich de plateada al jugo o de pescado frito (Congrio apanado), conejo escabechado, pastel de choclo, en general de todo, pero dándole pequeños detalles”.
En La Virgen, la apuesta es por trabajar con insumos desarrollados de manera casera o a baja escala.
“El pan que tenemos lo compro en el supermercado, usamos el amasado de Bredenmaster, funciona a la perfección con nuestros sándwiches. Aquí no manejamos volúmenes gigantescos, por eso buscamos soluciones sencillas a nuestras necesidades. Lo que buscábamos era cubrir una necesidad, la que identificamos como un restaurant de tapas chilenas, de esa manera llegamos a la gente y el público enganchó con nosotros” Concluye.
El menú es muy completo y en el podemos encontrar desde empanadas de pino, loco o prietas a sándwiches de plateada al jugo o pescado frito. Mientras que en el bar podemos encontrar de todo, partiendo por los tragos típicos chilenos como la borgoña, terremoto o pichuncho, todos preparados con el toque personal del bartender.
Otra delicia es el Ají relleno con carne mechada y queso de cabra, que va con un doble apanado, primero a la inglesa y luego rebozado. Tampoco podemos dejar de lado los fanáticos de los sánguches el pan con carne, con una plateada de vacuno al jugo con tomates asados, rúcula, cebolla caramelizada y queso mantecoso. ¿Y que tal unos productos del mar? Ellos también están presente dentro de esta dinámica carta. Recomendamos las Calugas de congrio, Pan con pescao, Cancato de salmón o unas Machas gratinadas con queso parmesano y de cabra sobre una capa de cebolla. Cuando visiten el bar-restaurant, les aconsejo que prueben el exquisito queso de cabra apanado con mermelada de cacho de cabra, acompañado de unas tostadas, otra delicia. Ya saben, este verano visiten La Virgen, con precios que van desde los $1.500 a los $10.000, vale la pena la experiencia.
Bar-Restaurant La Virgen | Bombero Núñez 290, Recoleta | +56 9 98764686 | www.barlavirgen.cl
Fuentes :
RedBakery