Son ideales para quitarle el reinado del cine a las cabritas (o palomitas de maíz, si quiere). Claro, porque las “Glonuts” de la panadería australiana Black Star Pastry resplandecen en la oscuridad, siendo la opción ideal de no perder de vista el bocadillo mientras se disfruta de una película.
¿El secreto? Nada de ingredientes químicos ni colorantes, si no que lo que hace brillar a las ‘Glonuts’ es la riboflavina, también conocida como vitamina B2, que tiene el poder de brillar en la oscuridad en un espacio con luz ultravioleta.
El arma secreta, eso sí, trajo un desafío que, una vez resuelto, le dio un sabor único a estas donas australianas. Así lo confiesa Eddie Stewart, responsable de marketing y comunicación de la empresa. “Este ingrediente, completamente natural, es bastante ácido, así que decidimos glasear la dona con yuzu (cítrico japonés), que también es agrio, y de esta manera generamos un equilibrio entre la parte dulce y la más amarga”, cuenta.
Como las grandes ideas, el primer impulso surgió del azar. Su creador y dueño de la panadería, Chris Thé, estaba paseando por el festival Vivid -que se celebra anualmente en Sidney- y pensó en cómo podría relacionar la comida con el espectáculo de luces en el que estaba. Eso lo llevó a un largo proceso creativo cuyo resultado final son las ‘Glonuts’.
El mismo artífice repasa el largo proceso. “Después de crear el nuevo concepto demoramos un año en comprobar que funcionaría. Queríamos crear algo de lo que estuviésemos verdaderamente orgullosos; de hecho, nos pasamos varios meses experimentando con distintos ingredientes. Pero pensamos que sería divertido ver a la gente con el glaseado irradiando luz en sus manos y caras”, recuerda Stewart.
El impulso final, estaba en los productos de su propia panadería. “El ‘glonut’ se basa en nuestro donut BlackStar, que es como un brioche con la mitad de mantequilla, así que no es muy pesado ni tiene muchas calorías. Además, nunca crearíamos algo que no fuese natural, incluso si era una gran idea. Nuestro local tiene que ver con grandes técnicas y verdadera cocina, nunca añadir colorantes o aditivos a nuestros productos”, complementa el creador de una idea brillante.
Pero el brillo de esta idea no sólo se ve en la cara de sus consumidores, sino que también en las finanzas. Black Star Pastry tuvo que redoblar su producción para satisfacer la demanda del público, que acudía en masa a su tienda de Newtown, Australia.
Fuentes :
www.traveler.es www.cosmopolitan.com www.metro.co.uk
