Las tendencias saludables, etiquetas limpias y orgánicas, son tendencias que han entrado al mercado para quedarse, y gracias a la gran demanda y las nuevas ofertas de productos orgánicos, en Chile crearon un sello para certificar que los productos cuenten con las características requeridas para ser orgánicos.
El Sello Orgánico, es una marca que deberán llevar obligatoriamente todos los productos que sean ofrecidos bajo el concepto de orgánico, el servicio Agrícola y Ganadero (SAG) por mandato legal del Ministerio de Agricultura, es el ente encargado del sello que distinguirá a los productos orgánicos, ecológicos y biológicos de los que no lo son.
Para que un producto sea orgánico, todo el ciclo de producción y comercialización que existe antes de llegar al consumidor final, debe contar con los estándares de la normativa, incluyendo las técnicas del compost, humus o cualquier otro material de materia orgánica para el cultivo, resguardar el medio ambiente, que no hayan contaminantes cercanos, y por supuesto no se pueden usar sustancias químicas para controlar las plagas.
Desde el 2007, los productos orgánicos que se comercializan en el país deben tener una certificación que los acredita como tal, y que cumplen con la ley y fiscalización a cargo del SAG, donde cualquier consumidor pueda solicitarla. Pese a la existencia de esta certificación, no siempre se acataban las normativas, por lo cual el SAG por mandato legal del Ministerio de Agricultura, crearon el sello oficial que certifica la categoría de productos orgánicos, biológicos y ecológicos.
El jede del Departamento de Agricultura Orgánica del SAG, Claudio Cárdenas, argumenta que el Sello busca orientar y hacer una diferenciación a la hora de elegir orgánico, donde el consumidor pueda reconocer de forma sencilla que producto es orgánico y cual no “y no comprar productos que pueden ser fraudulentos”, expresa.
Barras de cereales, cereales, harinas, comportas de frutas, jugos, mermeladas y aceites de oliva o coco, son algunos de los productos procesados que pueden llevar el sello, siempre y cuando estos cumplan con la certificación que los acredita como producción orgánica.
Este sello también podrá ser usado, por ferias o mercados que vendan hortalizas y frutas orgánicas certificadas, cabe destacar que en estos casos no es obligatorio el sello, pero sí la certificación que el consumidor podrá solicitar para elegir con seguridad, “Lo importante es que el consumidor sepa que, si un producto no tiene el sello ni la certificación, no es orgánico. No hay nada que se lo acredite”, dice el jede de departamento del SAG.
El SAG ha contabilizado más de 174 mil hectáreas orgánicas certificadas en el país, donde casi 20 mil son de superficies cultivadas de productos como olivos, frutillas, manzanas entre otros, y más de 154 mil hectáreas son de recolección silvestre, muy común en regiones como de Los Ríos y La Araucanía, cumpliendo con los estándares reguladores medioambientales exigidos por la ley.
Este sello orgánico, en parte viene a contribuir con alta demanda de productos más limpios, y libres de químicos, donde la transparencia sigue siendo relevante en el sector alimentario, además de expandir y abrir las puertas a nuevos productos al mercado nacional. “Chile acaba de firmar un acuerdo con la Unión Europea de equivalencia entre sus normativas de certificación, de modo en el primer semestre de 2018, cualquier producto orgánico chileno podrá ser exportado a Europa con sello y certificaciones chilenas. La equivalencia nos instala como proveedor confiable, el primero de este tipo en Latinoamérica, donde nuestras normas de certificación serán equivalentes a las del país receptor en todos sus estándares”, comenta el director Claudio Cárdenas,
Una apertura comercial, que también se está negociando en Estado Unidos, para que los productos orgánicos chilenos impulsen la producción local, y continuar siendo en Latinoamérica pioneros en materia orgánica y de etiquetado limpio.
Fuentes :
www.sag.gob.cl www.sag.gob.cl www.foodnewslatam.com www.latercera.com