Una panadería que quedó en la historia de la ciudad de Los Ángeles, USA. Hoy es uno de los mayores vendedores de pan fresco del país nortamericano.
¿Cómo una pequeña panadería pudo romper con lo establecido y transformar una moda en un cambio en el consumo de pan de todo un país?
Algunos cambios culturales (y comer pan por supuesto es un hecho de cultura y de la más primigenia que existe) son avisados por pequeñas variaciones, cambios que se adoptan en comunidades primarias. Si tomamos la máquina del tiempo y llegamos por ejemplo al día miércoles 4 de febrero de 1987 a la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos, solamente encontraríamos, como oferta panadera, panes de molde. Las hogazas artesanales europeas horneadas por siglos en el Viejo Continente todavía no hacían su entrada en USA. ¿Entonces?
Cuando La Brea Bakery comenzó a producir las variedades de panes de Masa Madre a la oliva, nuez o romero no pudieron imaginar que estaban a punto de comenzar la Revolución Estadounidense del Pan.
La primera panadería La Brea Bakery la inauguró en 1989 la famosa chef Nancy Silverton, quien fue galardonada con el prestigioso premio James Beard como la «Chef de Repostería de 1990”. Desde entonces, los panes de La Brea han sido considerados por conocedores y neófitos como el estándar de panes hechos a mano en el país.
¿La receta?; harina, agua y levaduras de la piel de uvas orgánicas. A partir de allí, se crearon los seis panes artesanales arquetipos originales de La Brea Bakery: Baguette de Masa Fermentada, Masa Madre blanca, Boule de Trigo Integral, Centeno de Normandía, Pan de Aceite de Oliva de Romero y Pan de Aceitunas Kalamata. Pronto, los residentes y turistas de la ciudad se alinearon en la puerta de la panadería todos los días para llevarse panes de La Brea Bakery.
Actualmente La Brea Bakery ofrece más de 100 variedades diferentes de galardonados panes artesanales. Además, La panadería norteamericana lanzó La Brea Bakery Reserve, que llaman “Nuestra nueva herencia de origen único en la mesa, Panes de Trigo Fortuna”. Y podemos contarles algo más de este nuevo producto; Es un pan artesanal de color marrón dorado, con una corteza crujiente y un interior suave. Este pan tiene niveles de textura de la mezcla diversa de granos, incluyendo una corteza crujiente y una migaja mixta de las bayas de trigo agrietadas. Los prefermentados agridulces se equilibran perfectamente, con una nota picante de la baya cuajada y dulzura sutil y natural del jugo de pasas.
Desde el principio y durante los últimos 29 años no han perdido la pasión por el pan. En su esfuerzo por satisfacer la creciente demanda de panes crujientes de alta calidad, no han comprometido la artesanía original, el largo proceso de pruebas y todos los ingredientes naturales. Es una potente filosofía aplicada al “Quienes Somos” de la empresa; “Es lo que somos como personas, como panaderos y como familia. Nuestro objetivo es comunicar nuestra pasión, creatividad y calidad de carácter con cada pan recién horneado. Nuestro negocio es darle vida al pan. Estamos comprometidos con el espíritu de nuestros accionistas, el bienestar de nuestros empleados y la satisfacción de nuestros clientes. Reconocemos que la responsabilidad fiscal y el respeto por el medio ambiente van de la mano. La salud y el bienestar de nuestras comunidades comienza con una nutrición artesanal”.
Mucha paciencia… está siempre repleto de “fanáticos”. Si quieres ir por uno de estos exquisitos panes debes esperar de promedio entre 30 y 45 minutos para ser alegremente atendido por uno de sus dependientes.
Fuentes :
www.w.labreabakeryreserve.com www.w.lamag.com