[Dossier] Pastelería Colombiana en Chile

Han llegado a nuestro país con su propuesta repostera, que combina humedad, dulzor, algunas notas ácidas o ligeramente saladas. Gustos que los chilenos hemos comenzado a entender, a probar.

Conozcamos brevemente algunas preparaciones, partiendo por un «Liberal» que es un bizcocho preparado con harina y recubierto de una capa de azúcar que reconocerán por sus colores fluorescentes. Los «Herpo», muy dulces, los «Merengones» que se componen de merengue y crema de leche, con ligeras trazas de dulzor o la «Mogolla Chicharrona» que a nuestros oídos suena a un plato muy frito y calórico sin embargo es muy distinto a eso, de hecho de entre los nombrados debe ser el menos dulce. Se compone de salvado de trigo y no se considera un pan dulce entre los colombianos.

La migración tiene en su concepto aspectos muy positivos y entre ellos está la sincronía en el bakery que se está produciendo en nuestro país, enriqueciendo el mercado en su conjunto. Al país, producto han llegado nuevos insumos, algunos abiertamente desconocidos en nuestro mercado y también nuevas maneras de preparar productos reposteros que el tiempo dirá si convive o se adapta a nuestro ADN pastelero.

Y son más de 60.000 los ciudadanos colombianos que han llegado a nuestro país durante estos años, trayendo no solo proyectos de vida, sino también una forma de crear delicias pasteleras, que se caracterizan por ser muy atractivas, de visualización exótica, con lindas presentaciones y llamativos colores como el de Yogurt con Gelatina en forma de corazón, decorado con una frutilla fresca bañada en caramelo.

¿Cómo nos ven los colombianos respecto a la creación y consumo de repostería?

Ellos nos visualizan como quizá excesivamente moderados en lo referente al bakery, específicamente en la pastelería. Identifican que la tradición española y alemana en este ámbito es muy potente, pero que no ha posibilitado una evolución en preparaciones, presentaciones e insumos. En la pastelería colombiana combinan sabores, con notas ácidas presentes muchas veces en sus preparaciones y con bizcochos estén humectados. Los colombianos en general nos ven como fanáticos de lo seco, y lo ejemplifican en nuestra abierta predilección por las preparaciones con milhojas. Aquí queremos “defendernos” un poco; así nos gusta en general porque siempre ese trozo de pastel o torta que se disfruta se acompaña de té, café, un vaso de jugo de frutas y, ahora cada vez más comúnmente y dependiendo de la hora y lugar de consumo, de una copa de espumante, vino blanco o incluso una copa de pisco sour. Ellos cuentan con un café de excepción que a nuestros ojos es un maridaje perfecto para una tarta por ejemplo.

Las tortas colombianas son exuberantes en tamaño y color. El factor humedad también por supuesto es un factor de consumo nuevo entre el cliente medio chileno, que se adapta progresivamente a una repostería que los chilenos recién estamos comenzando a conocer.

Pastelerías como Gustapan, una de las representante de las masas colombianas en Chile, se han instalado con propiedad en nuestro país. Aunque por cierto en esta cadena de locales predomina la mano colombiana, la oferta repostera está pensada para gustos chilenos, porque también hay postres como pie de limón, mousse de frutillas, pasteles de distintos sabores, entre otros, que no son muy populares en el país cafetero.

Y ese es también uno de los grandes beneficios de la integración, de la sana sincronía de expertices, de saberes; reconocer en el otro las bondades y buscar entregar nuevas experiencias, quebrando un poco la inmovilidad que en determinadas áreas pudiese tener el mercado pastelero en el que hemos recibido propuestas como la colombiana.


Fuentes :
www.w.eltiempo.com www.w.soho.co