Y nos referimos a un producto que actualmente es una de las «Marca País» destacadas de Colombia. Desde el Departamento de Arauca nace un Cacao que se impone por su calidad, por su aroma y la rica cultura cacaotera de la región.
En Arauca se cosecha uno de los mejores cacaos de Colombia. Son al menos 15 mil hectáreas sembradas y luego de mucho trabajo es hoy un producto reconocido a nivel mundial por su aroma y sabor.
Durante el 2017 fueron la estrella del Salón del Chocolate de París. En Porte de Versailles se dieron cita más de 500 expositores del orbe, entre chocolateros, pasteleros, confiteros, países productores de cacao, junto con los más grandes cocineros, diseñadores y expertos que atendieron con recetas de chocolate, talleres, conferencias y muchas otras actividades a los miles de visitantes que se reunieron en torno a este exquisito producto, estrella de la indulgencia mundial.
No es casual que los expertos en la materia consideren el Cacao de Arauca como uno de los mejores del planeta por dos años seguidos llevándose el premio más importante del concurso International Cocoa Awards, que se realiza en el Salón del Chocolate de París, y finalista en 2013 entre más de 24 países y 121 productores distintos.
Los cacaos araucanos no solamente se conocen en el Viejo Continente por su excelso sabor sino también en lugares apartados del mundo, donde son utilizados como relleno de bombones, debido a su exquisito sabor, destacándose por su dulce naturalidad.
En Colombia toman todas estas señales como impulso para promover este Cacao que podríamos definir ya como de “Denominación de Origen”. Las marcas productoras locales han activado equipos de hunters o cazadores, que visitan áreas remotas colombianas en búsqueda de árboles de Cacao nativo para acentuar la exquisividad del producto final. Se labora primordialmente en regiones de post conflicto y comunidades indígenas y afrodescendientes, entregando además sustentabilidad y responsabilidad social empresarial.
Se exige en tierras llaneras que las administraciones nacionales, regionales y locales, generen reales políticas de inversión para el perfeccionamiento y la comercialización provincial y global de un producto que requiere del apoyo económico necesario para obtener óptimos manejos de cosecha, fermentación y exportación.
En cuanto a esfuerzos privados la cadena Cacao – Chocolate debe fortalecerse y ya cuenta con un significativo eslabón que es la transformación y posterior comercialización del grano en productos ya finalizados que salen de la zona de Arauca, con mano de obra local, sin la actual necesidad de enviar el producto base a urbes como Manizales o Bogotá para su industrialización.
¿Otros esfuerzos? Talleres para generar bombonería fina y dejar capacidad instalada, enseñar a las personas a crear e innovar con el Cacao y convertir cada actividad relacionada como una vitrina educativa y turística, en el cual las nuevas generaciones crezcan conociendo el potencial agrícola de la región.
“La cadena de cacao en Arauca le da sustento a más de 4.500 familias y genera alrededor de 18.000 empleos directos. Esperamos con esta iniciativa continuar fortaleciendo esta vocación productiva y seguir aportando a la calidad de vida de las comunidades araucanas”, expresó a medios de comunicación locales el gerente de Responsabilidad Social de la empresa petrolera Oxy, Juan Carlos Mejía.
Una gran lección la que nos dan desde Arauca, cuando organizaciones nacionales, las autoridades regionales y las organizaciones de base de manera mancomunada han forjado condiciones de trabajo, plantaciones con altos rendimientos y por sobre todo, han mantenido la fina calidad que caracteriza a los materiales genéticos que han presentado los cacaos de la zona, puestos al servicio de todos los cacaocultores colombianos.
Fuentes :
www.colombia.co www.portafolio.co www.lavozdelcinaruco.com www.elcirculo.com.co