El juego, la capacidad de asombro, la socialización, el conocimiento, la fantasía y el chocolate caracterizan la infancia; sí, así es.
Las tareas, el estrés y el individualismo han debilitado el desarrollo integral de los niños.
¿Cuál es entonces el real interés por el colegio?
María Ignacia Bustos Hevia, chef y pedagoga bilingüe chilena, creó Saber con Sabor, una metodología lúdico-educativa a través de la cocina, que no sólo permite aprender los contenidos escolares de manera entretenida, sino que también comer.
Una vez finalizada la carrera gastronomía -en la Institución de Educación Superior Inacap, sede de Apoquindo ubicada en Santiago de Chile- estudió pedagogía con el deseo de validar su sistema bajo el lema “el arte de aprender cocinando”, llevándolo a cabo no sólo en el ámbito escolar en establecimientos educacionales, sino que también en actividades recreativas.
Para comprender esta interesante propuesta, María Ignacia Bustos nos cuenta esta idea desde sus inicios hasta el día de hoy.
¿Bajo qué motivaciones nace Saber con Sabor?
Una vez terminada la ceremonia de titulación de la carrera gastronomía, hice un almuerzo en mi casa con un buffet. Entre los invitados había niños, hijos de Francisca Schaub, hermana mayor de un gran amigo mío. Los infantes, Federico y María Gracia Vial, al ver diferentes platos, les causó curiosidad y me preguntaron cómo se elaboraban algunas de esas preparaciones. A través de esa inquietud es que le ofrecí hacerle clases de cocina utilizando técnicas profesionales culinarias, pero aplicada a ellos.
Luego de haber vivido esa experiencia, quise darle otra connotación a estos cursos que no sea meramente recreativa y es ahí que se me ocurrió unir la cocina con la pedagogía.
¿Nos explicas el Sistema ACOJUCO?
Esta sigla, por mí creada, significa aprender cocinando, jugando y comiendo, cuyo ejemplo de la asignatura matemática está dada por la elaboración de un juego de mesa donde aprenden diferentes operaciones como la suma y la multiplicación.
Una vez que cada alumno haya cocinado su propio producto, es decir el tablero, los números y fichas lo dejan de lado y con uno solo juegan de dos a cuatro participantes por grupo. Al finalizar el juego, pueden llevárselo a la casa y seguir aprendiendo esos cálculos con los padres y hermanos de manera atractiva, donde se fomenta las habilidades sociales y la vida en familia, dado que éste tiene una duración de dos meses fresco, tiempo suficiente para adquirir esa materia y comérselo.
Los infantes son seres en movimiento, cuyos profesores se niegan a reconocer, quienes quieren tener entes en la sala de clases, obviando el rol que cumple la emoción en el aprendizaje, factor esencial en la asimilación de las diferentes materias, tal como lo plantea el doctor en medicina y neurociencia, el neurólogo español Francisco Mora en su libro “Neuroeducación. Sólo se puede aprender aquello que se ama” (2017, Mora Francisco). Este autor enfatiza que “el cerebro sólo aprende si hay emoción”, es decir, sin emoción no hay cognición y ambos son indivisibles. Con esto hace referencia a que si el profesor o educador no enseña ni transmite el conocimiento con pasión, paciencia y no es cercano a los alumnos, no genera la motivación intrínseca y al no consolidarse un ambiente grato, el aprendizaje va a ser sustancialmente inferior al esperado, dado que el cerebro al estar vulnerado, libera cortisol, bloqueando la comprensión del mensaje dado por el emisor.
Esto se obtiene al ser actores pasivos en clases más bien catedráticas, pero sin embargo si son activos y partícipes de su propio aprendizaje, es que el área cognitiva, sensorial, social y emocional se verá reflejado significativamente tanto en el rendimiento académico como en el entorno social y personal.
Esto último es lo que se logra con mi sistema educativo: aprenden motivados, jugando, disfrutando, moviéndose y además pueden comer después de la clase.
La disminución del estrés se puede percibir debido a que han comprendido -a través de la elaboración de productos funcionales- las materias escolares y así se aliviana el trabajo no sólo a los profesores, sino que además a los apoderados. Además es aplicable a niños con falencias sensoriales, físicas y cognitivas (síndrome de Down, déficit atencional, etc.)
El acceso de esta metodología a niños vulnerados, cumpliría un rol fundamental en su desarrollo tanto cognitivo como cognitivo y conductual, dado que así podrían no sólo quebrar su círculo de la delincuencia, sino que además tendrían la posibilidad de alimentarse y lograr finalizar el colegio y/o terminar un estudio superior.
¿Qué se hace hoy en Saber con Sabor?
- Talleres recreativos anuales o temporales.
- Clases para personas con capacidades diferentes.
- Clases de contenidos escolares (matemáticas, alemán, arte, comprensión del medio, lenguaje, música, deporte, etc.)
- Participación de los alumnos en medios de comunicación, simposios, etc.
Este año, el día del niño tuvo un sabor especial, dado que en el Museo de Bellas Artes se efectuó un curso de escultura comestible, donde los participantes elaboraron una réplica de una escultura en chocolate, previa visita por las muestras con un guía escultor experto, pero con la particularidad de que los alumnos de cuatro a once del taller fueron profesores reales de sus aprendizajes.
¿Nos cuentas un poco acerca de las clases que se realizan?
- Clases de carácter recreativo (taller de esparcimiento en vacaciones de verano y de invierno, cursos de Navidad y clases en cumpleaños infantiles).
- Clases educativas de las asignaturas del colegio como lenguaje: poesía, lecto-escritura.
Música: composición de un pentagrama, arte: – rosa cromática, entre otras.
- Clases para personas con capacidades diferentes.
Al momento de participar de algún evento, ¿Cómo es la mecánica?
Tanto en el Science Slam, similar a un Simposio, en el Mercado Paula Gourmet, la feria gastronómica connotada de Chile, en capacitaciones y otros eventos, los aprendices (mis alumnos) son reales profesores de los infantes participantes.
Como chef los presento como ejecutores de los cursos y mi rol es ser facilitadora de apoyo en caso de dificultades y lo llamativo es que niños aprenden de niños. La dinámica no propone acercar a los niños a la adultez, sino que se les potencia el desarrollo de las habilidades blandas como la inteligencia emocional, las relaciones interpersonales, trabajo en equipo, autoconfianza, tolerancia a la frustración, autoestima, herramientas no consideradas en los programas escolares al darles esa función pedagógica y que son de gran utilidad en el desempeño integral, lo que genera un impacto importante en la seguridad en sí mismos y pueden por ejemplo en el colegio comprender al profesor si no hay un ambiente propicio para escuchar las instrucciones, disertar de manera fluida un futuro exitoso, producto del buen manejo de las emociones, cuyo resultado se verá en las relaciones interpersonales y el desempeño laboral.
¿Nos comentas un poco acerca de las actividades que realizan en Cumpleaños?
Las actividades de cocina las imparto yo como chef y ocasionalmente con algún asistente dependiendo de la cantidad de alumnos y envíos de propuestas de productos previamente, donde el cumpleañero elige una o dos preparaciones determinadas como por ejemplo moneditas de chocolate, cuadros de plasticina comestible, palitos de queso, paletas animadas, toffee, canapé, cuyas preparaciones son individuales, es decir cada alumno prepara su propio producto participando de prácticamente todo el proceso productivo.
Cada niño ocupa sus propios utensilios, ingredientes e implementos otorgados por el taller gastronómico.
Los uniformes pueden ser desechables o de género y constan de un gorro y una pechera.
Tanto ingredientes como implementos, materias primas y uniformes son entregados por quien dicta los cursos.
Taller de chocolatería en el Museo Bellas Artes. ¿Cómo se gestó?
En Chile no hay espacios infantiles para el incentivo de la cultura excepto el MIM (Museo Interactivo Metropolitano de Santiago) y tal vez algún otro. A raíz de querer colaborar en el área intelectual de cualquier niño, es que me acerqué al museo y les planteé la idea de realizar dos cursos gratuitos de cocina, donde los infantes elaborarían cada uno su escultura de chocolate, previo recorrido por las estatuas del museo con un guía de dicho establecimiento.
Lo atractivo es que fue para el día del niño. “Jamás hubiera imaginado que para ese día, donde les celebran en centros de entretenciones, comida rápida y regalos, iban a optar por ir al museo a cocinar.
El quórum superó todas las expectativas. Viajaron menores del el norte y sur del país para tener un cupo y no lo lograron” puntualiza la chef.
La alta convocatoria dejó en evidencia que, a través de actividades entretenidas, sí se puede familiarizar a los futuros adultos, tal vez muchos políticos, a la cultura y así ellos quieran hacer acorde a sus experiencias, un cambio en la educación.
Finalmente se puede afirmar que el legado y trayectoria de Saber con Sabor engloba todos los aspectos para lograr el óptimo desarrollo de cada niño como individuo destacándolo por sí mismo y no siendo parte de un todo, lo cual hace meritoria su labor incluyendo además a personas con capacidades diferentes, siendo así un proyecto interesante de replicar en nuestro país contribuyendo a la educación, en la disminución a mediano largo plazo de construcción de cárceles, nutrición y estrés de quienes en un futuro formarán nuestra sociedad.
Datos:
María Ignacia Bustos Hevia
Celular: (+56) 9 8452-2086