Ya no solamente se trata de vender, de sumar clientes, de ver números azules en las cuentas a fin de mes. Ya no solo se trata de producir y seguir produciendo. Hay que hacerlo conectado siempre con «El Lado B».
Primero, ¿qué son las Empresas B? Es una responsabilidad, una responsabilidad de expresar que es viable ser, desde una específica actividad económica, agente de cambio y aportar a la solución de las grandes problemáticas ambientales y sociales. Las Empresas B tienen el firme convencimiento de exponer que es posible perseguir el triple impacto económico, social y ambiental de forma sincrónica, con un compromiso de mejora permanente a largo plazo.
La certificación B es un estándar de terceros que requiere que las empresas cumplan con los estándares de sostenibilidad social y de desempeño ambiental, cumplan con los estándares de responsabilidad y sean transparentes para el público de acuerdo con la puntuación que reciben en la evaluación.
La certificación B se aplica a toda la compañía en todas las líneas de productos y áreas de problemas. Los fines de lucro de todas las estructuras comerciales legales son elegibles para la certificación.
Hay 2 vías básicas para estar dentro de esta tendencia; o se adscribe formalmente a través de una Certificación Empresa B o se hace por convicción social y medioambiental como lo hace por ejemplo una heladería en particular. Se trata de Tanu Helados. Tal y como declaran en su web; «Al probar nuestros helados no solo te estás alimentado de manera sana, saludable y consciente, también estás contribuyendo al desarrollo de una economía sustentable basada en los principios del comercio justo. Esto lo llevamos a cabo trabajando con pequeños productores, agricultores y recolectores, quienes nos garantizan una materia prima de primer nivel. Mantenemos un compromiso permanente con la protección del medio ambiente, implementando políticas de trabajo que nos permitan reducir al mínimo los residuos generados en la creación y consumo de nuestros productos».
Acá no hay trucos, si una trazabilidad muy preocupada del resultado final que beneficie no solo a la empresa, sino al consumidor y también a los proveedores. Acá se disfrutan helados hechos con agua filtrada y pura fruta comprada a pequeños productores.
Y como explica la Organización Sistema B, este movimiento mundial nació en una heladería; «Todo comenzó con la empresa de helados Ben & Jerry’s. Fue fundada en 1977 por dos amigos, Ben Cohen y Jerry Greenfield, comprometidos con hacer una empresa sostenible, con foco en un producto de alta calidad, pero también con una preocupación especial por la comunidad, por un trato justo con sus proveedores y por tener buenas condiciones laborales con sus trabajadores. En el año 2000, la Corte Suprema de Estados Unidos determinó que tenían que vender su empresa a la multinacional Unilever, que les había hecho una oferta para comprarla, pero que los amigos Ben y Jerry habían rechazado inicialmente porque querían mantener el espíritu de su compañía. En ese momento no tuvieron ningún argumento legal para frenar esta compra, porque la obligación de la empresa era maximizar las utilidades para sus accionistas, y el monto propuesto por Unilever era lo suficientemente alto como para que tuvieran que aceptar la oferta. La vendieron, pero lo bueno fue que Ben & Jerry`s continuó manteniendo ese espíritu y las políticas sustentables, que Unilever respetó y que hoy día también promueve».
Todos los días podemos tomar decisiones que hagan impacto positivo en nuestro entorno, ¡y el bakery se comienza a sumar!
Fuentes :
www.sistemab.org www.tanuhelados.cl www.sistemab.org www.finde.latercera.com