Las Almendras dulces y comestibles actuales están muy lejos de sus ancestros amargos silvestres gracias a una mutación puntual en los genes, según los resultados de un estudio que exhibe el genoma de referencia completo de la Almendra.
«Debemos agradecer a nuestros antepasados que hace miles de años lograsen que podamos disfrutar de almendras dulces y saludables sin poner en riesgo nuestra salud. Si nuestros ancestros no hubieran descubierto y seleccionado almendras dulces para el cultivo, las actuales serían amargas y tóxicas. Se trató de un cambio pequeño, pero esencial, que se produjo en el ADN de las almendras que se descubrió hace más de 10.000 años», explico a diversos medios de comunicación el profesor Birger Lindberg, investigador de la Universidad de Copenhague y miembro de la investigación que tuvo como objeto de análisis al fruto seco más comestible del mundo; la Almendra.
El estudio descubrió que la domesticación de la Almendra se originó gracias a que en la Almendra actual el gen responsable del amargor ha perdido su función debido a una mutación natural. Las enzimas implicadas en la elaboración del combinado tóxico amargo no se constituyen y así, la Almendra se torna dulce. El nombre del compuesto que hace que la almendra amarga sea tóxica es la amigdalina, la que libera cianuro tóxico cuando se come y el consumo de almendras amargas puede ser mortal para los humanos.
Los resultados publicados en la prestigiosa revista Science permitirán la selección de almendros que solo aporten almendras dulces desde su etapa de siembra y proporcionará el marco para la reproducción selectiva de almendros con mejor resistencia a la sequía y al cambio climático, así como a enfermedades o la floración tardía.
Tras la secuenciación del genoma del almendro, el próximo objetivo de los investigadores es intentar erradicar la presencia de almendras amargas en España. “Nos acaban de conceder un proyecto para este fin, que participamos y coordinamos desde el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura con Almendrera del Sur y más cooperativas, en el que vamos a intentar que la industria de la almendra española sea conocida no solo por la calidad de su producto sino también por la ausencia de almendras amargas en su producción”, expresó el profesor Sánchez-Pérez, otro investigador a cargo del análisis.
Este proyecto de investigación se inició hace doce años en el Laboratorio de Bioquímica de Plantas de la Universidad de Copenhague, donde Raquel Sánchez-Pérez realizó una estancia postdoctoral junto al profesor Birger Lindberg Moller. A su regreso a España, Sánchez-Pérez continuó el proyecto en el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura, con la participación de investigadores de las universidades italianas de Bari y Foggia, de Agroscope de Suiza y de Sequentia Biotech en Barcelona.
Fuentes :
www.elespanol.com www.larazon.cl www.laverdad.es