Entregar una experiencia de consumo completa, no depende solo de mesas y sillas. Hay que generar lazos, comunidad, cercanía y por supuesto ofrecer lo mejor.
Y no se trata de la dualidad que complica a algunos nuevos emprendedores del rubro del Bakery; ¿Pastelería Gourmet o Pastelería de Barrio? Sea de tendencia francesa, americana o alemana, una pastelería que se queda en el corazón de los clientes es más que uno o dos conceptos.
Pilar Herrera de Pastelería Hildegard plantea uno de los corazones de hacen latir una buena pastelería de barrio; «Las bondades de nuestra carta en pastelería es que todos nuestros productos son tradicionales y artesanales. El pastel que te comas en Hildegard es un pastel de verdad. No tienen colorantes, ni preservantes ni premezclas, son pasteles que se hacen a mano, se baten los huevos, la mantequilla, la harina, la leche el azúcar que se mezclan. Aquí se combinan los ingredientes para llegar a un producto. Un producto de buena calidad con insumos de primera calidad. No puedes hacer un producto solamente lindo, tienes que comer un producto lindo y rico al mismo tiempo«.
La Pastelería Dulce y Punto grafica perfectamente que el tamaño de un local no es impedimento para dar una experiencia de consumo llena de buenas sensaciones. Juan Francisco Terrazas, Chef y dueño de Dulce y Punto nos comentó; «Todos los clientes han quedado maravillados con el local, que nuestros pasteles son lo mejor, clientes que se quedan a leer su diario acá, acompañados de un café y un sandwich, otros simplemente les gusta pasar a comerse un pastel y sentarse en nuestro sillón ya que nos dicen que se sienten en su casa. Sin saber por ejemplo aparecimos en La Tercera y recientemente un reportaje en El Mercurio por nuestros productos sin azúcar. Siento también que para llevar un año en este local hemos ido avanzando no de escalón en escalón, sino que de tres en tres».
En Le Quartier, que si bien se define como Panadería, contempla en su propuesta que la experiencia pretende ser completa en beneficio de los clientes que disfrutan en sus mesas. En una conversación con ellos hace un tiempo atrás nos indicaban; «Nos gusta que la gente vea lo que está pasando. Hoy se da mucho esta tendencia del pan congelado que se trae de otro lado y que en las panaderías se terminan de hornear. Nuestro primer objetivo era instalar un ventanal de corredera para dos usos; por un tema práctico de poder entrar y sacar máquinas, pero principalmente para que la gente pudiera ver la actividad alrededor del horno, y desde allí sale todo lo que se hace acá».
Ximena Muñoz, de Rincón Dulciera ha dado un paso más en esta relación Consumidor – Barrio, que realmente es digna de destacar; «Era cafetería y pastelería mezclado con lindas actividades como Talleres de Sueño, Taller de Circo, actividades gratuitas para la comunidad que se activaban con voluntariado. Si alguien necesitaba un espacio para hacerse conocido, lo prestábamos y así funcionó harto tiempo. Cuando encontré esta casa en José Manuel Infante, con la que yo había soñado, nos cambiamos y lo trasladamos todo para acá, porque hay más proyección aquí; está en una avenida, cerca de hospitales, porque a mí me interesa seguir educándome en el tema de la alimentación. Acá llegan a almorzar enfermeros, nutricionistas, kinesiólogos con los que converso y consulto acerca de vitaminas por ejemplo. Luego aplico los nuevos conocimientos al diseño de las colaciones. Es bien bonito el trabajo».
Tiempo para disfrutar un trozo de pastel, un dulce, un buen café, quizá un rico jugo en un local cariñoso, donde eres siempre bien atendido, es una joya que los consumidores aprecian y cuidan.
Fuentes :
www.redbakery.cl/rincon-dulciera-aroma-a-carino/ www.redbakery.cl/pasteleria-artesanal-dulce-punto-tradicion-a-la-vanguardia-/ www.redbakery.cl/le-quartier-para-el-barrio-lo-mejor/ www.redbakery.cl/pasteleria-hildegard-la-pasion-es-vida-/