La violencia en las calles durante el estallido social y en especial el confinamiento general debido a la pandemia del Covid-19 han traído consecuencias catastróficas al comercio local (y en varias industrias, claro está). Tal vez una de las evidencias más notorias cuando me ha tocado salir a la calle en estos días, es ver un sinfín de locales comerciales cerrados. Unos sólo con la cortina cerrada, mientras otros con el cartel “Se Arrienda” o “Se Vende”.
La caja de un emprendedor que vive de las utilidades del local y depende del flujo peatonal, no resiste semejante impacto. Esto no es algo nuevo, pues lo hemos visto en la televisión y en los periódicos.
Muchos negocios han dado un vuelco rápido y han desarrollado su canal online con ventas a domicilio o delivery, que es el concepto que está de moda. Sin embargo, la moda (concepto estadístico que alude a los casos que más veces se repiten en una muestra) dice que los ingresos de minimarkets, panaderías y restaurantes, representan la tercera parte de lo que vendían en tiempos pre crisis. Esta realidad hace que el modelo no resista, pues idealmente el costo del arriendo de un local no debe ser mayor al 20% de los ingresos.
Es difícil ver el vaso medio lleno considerando lo duro que han sido estos meses. Pero durante y después de cada crisis siempre vienen las oportunidades. Ya se ha hablado bastante de las cocinas oscuras o dark kitchens/stores, que han surgido como una tremenda oportunidad para estos tiempos y un nuevo modelo de negocios.
En esta ocasión, quisiera detenerme en lo que está ocurriendo en el mercado inmobiliario. Hemos visto una disminución en el valor de los arriendos en propiedades de todo tipo. La razón: la violencia desatada en el último trimestre del 2019 obligó a cerrar a varios locatarios, especialmente en Santiago Centro y Providencia. La pandemia ha obligado a locatarios de varias comunas a cerrarlos parcial o totalmente por 5 meses más. Algunos arrendatarios tienen las espaldas para resistir, pero la mayoría no las tiene. Esto hace que la oferta de locales aumente. Por otro lado, el temor a abrir un negocio dada la contingencia actual, ha significado que la demanda de locales disminuya.
Sin duda, la mayoría de las personas dirá que es un mal momento para buscar locales. Pero no desde el punto de vista de los valores. Haciendo una comparación con el mercado bursátil, uno de sus principios básicos es comprar una acción cuando esté baja. Después de todo, todo lo que sube tiene que bajar (lo estamos viendo en el valor de las propiedades), como también todo lo que baja tiene que subir. Es este el momento para buscar oportunidades, o gangas si queremos ser más explícitos. Especialmente, los locales que están más expuestos y los que más han sufrido en estos meses. Estos son días donde los arrendadores no pueden darse el lujo de perder parte importante de sus ingresos, por lo que el poder de negociación para el potencial arrendatario aumenta.
¿Es riesgoso comprometerse en estos días con un contrato? ¿Es una apuesta? La respuesta es “sí”. Pero, ¿No es esa la naturaleza de emprender? Lo cierto es que en los años recordaremos el período 2019-2020 como el fin de un ciclo y el comienzo de otro. Y como en todo ciclo, lo comenzarán los más osados y los seguirán los que vean la tendencia. Como en todo negocio, los primeros serán los que mejor cosecharán. Luego, los que siguen la tendencia, y por último, la masa.
La historia nos ha demostrado que las crisis no son eternas. Eso sí, marcan el fin para algunos, aunque el comienzo para otros.
Si estás en busca de un local para montar tu negocio, es un buen momento para echar un vistazo. Hay oportunidades allá afuera que antes no habían. Un proverbio anglosajón dice, “To strike when the iron is hot”, o dicho en buen chileno, puede ser el momento para “darle el palo al gato”.
https://www.chvnoticias.cl/nacional/baja-precios-arriendos-propiedades-comunas-santiago_20191125/