Volvemos a la Vega Central, para saber cómo esta picada creada por Nano (Gabriel Orellana) ahora es administrada por su joven hijo y por su viuda, Marcela Gutiérrez.
“Cuando se anda en busca de un sándwich de arrollado, hay una nueva alternativa en La Vega Central que es la tentación de chefs, críticos y todo aquel que la prueba: Donde el Nano. Es que sus sándwiches de solo pensarlos vuelven a dar hambre y se empieza a planear una siguiente visita. En su carta tiene lo esencial de la sandwichería chilena: churrascos, lengua, perniles, mechadas, que se pueden pedir solos, con tomate, italianos o chacareros”.
Su creador falleció hace unos meses atrás y enseguida vino la pandemia. Fueron momentos muy duros para este local. En esos días complejos su familia y colaboradores buscaban la manera de seguir manteniendo el legado. Aquél mes de marzo del 2020 el mensaje de los colaboradores de la Sanguchería Donde el Nano fue; «Con mucho dolor por la falta que nos hará nuestro Nano, pero también con infinito amor por todo lo que nos entregó en vida, volveremos a abrir nuestras puertas para continuar el gran legado que nos dejó. Pese a que en la misma sanguchería su falta será notoria por la gran fuerza, amor y alegría que nos entregaba cada día, haremos lo imposible para que la dedicación y amor por los sánguches que él tenía, siga siendo notoria en cada preparación que hagamos día a día. Gracias infinitas por el amor que le han mandado a nuestro Nano, no hacen más que darnos fuerzas para poder continuar con el gran trabajo que nos dejó».
Volvieron a inicios de septiembre con toda la energía. “Damos las gracias a todas las personas que estuvieron constantemente recordándonos y preguntándonos cuando volvíamos… gracias a ustedes y su cariño, estamos de vuelta”, señalaron por redes sociales y se llenaron de cientos de “likes” en pocos minutos. Tienen una clientela muy fiel, que ahora se ha ampliado gracias a las aplicaciones de despacho de comida que tanto estamos usando en estos tiempos de confinamiento.
El lugar de “El mejor sánguche de la Vega Central”, cuya especialidad es; Plateada, Mechada, Lomito, Lengua, Arrollado, Completos y Churrascos, ahora es comandado por Ignacio Orellana de tan solo 22 años. Hoy es el jefe, secundado por su mamá, Marcela.
¿Cómo era tu etapa escolar Ignacio? ¿Venías a la sanguchería?
Desde que yo estaba en el colegio, el 2014, venía todo el verano a trabajar acá. Mi papá me ponía de garzón, estuve en la plancha… También me hacía ir a comprar los ingredientes. Ya en el 2015 si él tenía que salir, tenía la confianza para que yo me hiciera cargo. Siempre quiso que yo estuviera acá para que entendiera cómo funciona todo, su idea era que cuando el jubilara yo pudiera heredar la sandwichería.
Cuéntanos de la nueva creación, “El Súper Nano Vegano”
Lo ofrecemos con una NotBurger, que es una hamburguesa de legumbre, además de queso cheddar vegano. Antes si alguien quería algo vegetariano lo que se hacía era reemplazar la proteína por champiñones. Es una forma de modernizar el negocio y también de abrirnos a un segmento con el que no contábamos.
¿Y cuál es el plan para la Sanguchería Donde el Nano?
Primero afirmarme, quiero que siga el legado de mi viejo para siempre, seguir con la tradición. Queremos por ejemplo hacer franquicias, que era su anhelo. Mi papá me había pedido ayuda para hacerlo y para lograrlo tenemos dos opciones, pero con todo lo de la pandemia quedó stand by.
«Este emprendimiento lo inicié con 50 años de edad. Todos podemos realizar nuestros sueños, sólo luchen por ellos» Gabriel Orellana, creador de Donde el Nano Sanguchería.
Y la tradición sigue; sandwichs realmente muy apetitosos, a menudo de más de un kilo de peso cada uno y con muchos, muchos ingredientes y todos muy frescos.
Hace un par de meses se unió a Ignacio su mamá, Marcela, quien comentó que lo más complicado de seguir con el negocio de Gabriel es; “En el sentido emocional bastante. Los clientes han vuelto y las personas que no sabían qué pasó preguntan por él y es súper fuerte para uno entrar a explicar todo lo que pasó una y otra vez. Yo soy bien atenta con la gente, tal como era él. Me acerco a las mesas a preguntar si está todo bien y mucha gente me pregunta qué le pasó, si es que está con Covid”.
Y esta sanguchería con mucho sabor local ha tenido una presencia muy destacada en medios masivos y en espacio de especialistas estos últimos años. Acá un ejemplo; «Nano entendía a la perfección el concepto, a veces tan manoseado en el medio, de respeto del producto; sus clientes sabían que el tomate y los porotos verdes eran de primera. Rescato que simboliza cabalmente el concepto de que la calidad y cantidad si pueden ir de la mano» expresó a medios de comunicación el Dr. Pichangas (Felipe Gálvez, cocinero y escritor culinario).
Recientemente publicaron en Instagram una apetitosa foto de una de las últimas creaciones, “El Nano”, indicando que; “Esperamos que hayan pasado una navidad rodeados de la gente que los ama y que se les venga a todos un año muy próspero y mucho mejor que el que comenzamos a despedir. Para nosotros ha sido una navidad muy distinta, sin ánimos de celebración para ser sinceros y llenos de recuerdos y reflexión… lo que más nos de fuerzas en estos momentos es el pensar que nuestro amado Nano estaría feliz de mantener en pie el legado por el que él tanto luchó. Felices fiestas para todos les desea con todo el corazón el equipo de Donde el Nano Sanguchería”.
Para conocerlos más, la coordenada online es; @donde_el_nano_sangucheria, en Instagram y Facebook.