El 33% de toda la comida que se produce en el planeta se desperdicia… ante esto, se hace indispensable reflexionar y aprovechar lo que se nos entrega, de lo que tenemos acceso.
¿Dónde se pierde la comida? Los alimentos se desechan en todos los puntos de la cadena alimentaria: en las granjas y los barcos de pesca, durante el procesamiento y la distribución, en las tiendas minoristas, en los restaurantes y en el hogar.
«El covid sigue poniendo en la palestra nuestras debilidades. Lejos de salir reforzados de una situación tan extrema con una actitud más en pro de cuidar de la sociedad y del medio ambiente y ser menos individualistas, nos hemos tornado más egoístas y acaparadores. Sin ir más lejos, la sorprendente necesidad de hacer acopio de un excesivo número de rollos de papel de baño o dejar las estanterías de los supermercados sin existencias de levadura. No se nos escapa que a la dolorosa pérdida de millones de vidas habrá que añadir una profunda crisis económica, incrementando con toda probabilidad la pobreza extrema en lo que ya se calcula: 115 millones de personas y hambre crónica para 132 millones de personas a nivel mundial. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) asegura que cerca de un tercio de la producción mundial de alimentos para consumo humano se desaprovecha cada año», recalca el Diario de Tarragona.
Podemos ser más conscientes de nuestra relación con los alimentos incorporando estos pequeños cambios en nuestra vida diaria para reducir el desperdicio de los mismos:
Compra Inteligente: Cíñete a tu lista de necesidades y evita las compras impulsivas. No compres a granel, sino que haz viajes frecuentes a la tienda de comestibles que, por ejemplo, coincidan con tu horario para trotar o andar en bicicleta para que los viajes se vuelvan divertidos. Esto asegurará que solo compres lo que realmente necesitas.
Almacena de manera Inteligente: El acopio adecuado de alimentos ayudará a mantenerlos en su punto máximo durante más tiempo. No todos los alimentos necesitan refrigeración. Algunas frutas y verduras producen gas etileno que provoca la maduración temprana (o pudrición) de los alimentos sensibles al etileno. Estos siempre deben almacenarse por separado. Los alimentos que producen gas etileno incluyen plátanos, paltas, tomates, melones, peras, cebollas verdes. Guárdalos en bolsas separadas y lejos de alimentos sensibles al etileno como papas, manzanas y verduras de hoja para evitar su deterioro prematuro.
Refrigeración Inteligente: Almacena usando el método “primero en entrar, primero en salir”. Coloca los alimentos recién comprados detrás de los más viejos. Por ejemplo, cuando compres yogures, coloca los más nuevos detrás del anterior. Esto ayuda a asegurar que los alimentos viejos se utilicen, no se desperdicien. Además, cuando hayas guardado las sobras en el refrigerador, guárdalas en recipientes de vidrio para no olvidarte de ellas.
El Blog Vivir en el Poblado nos aconseja; «No se trata aquí de ser el más “verde” sino el más recursivo. Tal como lo propone el chef de tres estrellas Massimo Bottura, que se ha convertido en una de las voces clave en el tema del desperdicio de alimentos y la exclusión social, aprovechando su notoriedad. Para los más curiosos, su segundo libro “Il pane è oro Ingredientes ordinarios para comidas extraordinarias” cuenta la historia de este compromiso y ofrece una multitud de consejos e inspiración para transformar sus ingredientes y productos dañados en deliciosas recetas«.
Fuentes :
www.vivirenelpoblado.com www.diaridetarragona.com www.cnbctv18.com