Sin producto… no hay receta

La gastronomía no es comer sólo por necesidad, es una experiencia, es reunirse, es estar con la familia… es disfrutar, no sólo alimentar el cuerpo, sino también el corazón, el alma como dirían por ahí.

Por otro lado, alejados de la parte romántica, la gastronomía es una expresión cultural, construida por la sociedad para compartir con amigos y familiares, donde las formas de alimentación han ido variando para crear tendencias en la dieta alimenticia.

Para lograr un buen resultado, es vital saber elegir los productos adecuado y para ello, el mercado dispone de alimentos y bebidas cada vez más competitivas donde los consumidores tienen mayor conocimiento de la oferta.

En esta época de pandemia, nos hemos visto dentro de la cocina con más frecuencia que antes para poder cocinar a nuestra familia y combinar, además, con el teletrabajo de cada día.

Por otra parte, el tiempo en casa nos ha permitido buscar nuestra alma de chef y nos hemos sumergido en las redes buscando nuevas opciones e innovaciones culinarias y buscar los mejores ingredientes para poder replicarlas.

En un principio, se trata de una oferta alimenticia basada en alimentos y bebidas tradicionales, la cual adecuamos las preparaciones a nuestra nueva forma de alimentación… pero que sería de esos platos maravillosos, que se muestran muy bien logrados en las redes, si los ingredientes que ocupamos son inadecuados y nos resulta un plato sin sabor, color o aroma atractivo…

Para realizar preparaciones atractivas, innovadoras y/o saludables, podemos encontrar varias opciones en las redes, pero es fundamental el informarnos, saber qué es lo que estamos consumiendo y optar por marcas que nos den confianza, tranquilidad y aporten a nuestra preparación final como valor agregado.