La Importancia de la Capacitación 1: Oferta Gastronómica

“Lo único que es más caro que la educación es la ignorancia” (Benjamín Franklin). En tiempos de cambios, de restricciones sanitarias, aforos limitados, hemos tenido que reinventarnos…

Bienvenidas sean todas las ideas, los consejos, pero sobre todo el conocimiento; saber hacia dónde queremos ir, saber qué queremos, cuál es nuestro foco. Una vez que lo tengamos claro, nos queda el conocer el camino de cómo iremos construyendo ese objetivo.

Para cumplir con nuestra meta es importante conocer el mercado donde queremos emprender, conocer cuál es nuestra competencia, saber qué es lo que queremos elaborar y en qué queremos diferenciarnos; ¿por qué alguien va a elegir mi producto entre millones de alternativas?

Hay varias preguntas que me tengo que hacer para poder llegar a ese producto. Tengo que definir:

• Qué producto voy a elaborar.

• Qué materias primas voy a emplear.

• Cuánto me va a durar ese producto.

• Qué necesito para elaborar y mantener ese producto (maquinaria, utensilios).

• Cuánto me va a costar elaborar ese producto.

• Cuánto voy a cobrar por ese producto (Precio).

Todas estas interrogantes son de suma importancia para tener un producto atractivo, distinto, rico y bonito, que la gente quiera comprar. Las materias primas deben ser adecuadas al producto que se va a elaborar, que cumplan con poseer el sabor que queremos lograr, que tengan disponibilidad en el mercado y que cuenten con plan alternativo de abastecimiento en caso de sufrir algún quiebre de stock.

Importante es saber si necesito utilizar algún tipo de maquinaria para automatizar y hacer más rápidos mis procesos y prolongar la vida útil y estandarizar de mi producto. Relevante es saber cuánto me va a costar hacer el producto que defino preparar, no solo las materias primas empleadas, sino también los gastos asociados a esta inversión inicial, mano de obra, que dependerá del tipo de calificación técnica que necesito en el proceso productivo, pues de eso consistirá el valor que debemos destinar al ítem recurso humano, quienes se convertirán en el pilar fundamental para lograr productos de calidad que se mantengan en el tiempo.

Para que todo este tiempo empleado, ganas depositadas y sueños propuestos den sus frutos, debemos ponerle un precio al producto que genere ganancia, que el precio sea acorde al mercado, que el cliente sienta que vale la pena comprarlo y que uno sienta como emprendedor que está llevando a la práctica un proyecto realizable y escalable. Ese tiempo es valorado y recompensado.

Para lograrlo tenemos que capacitarnos en todos estos puntos, para evitar las pérdidas y poder tener ganancias en el menor tiempo posible.

La ignorancia, cuesta caro. No solo en dinero, sino también en tiempos… de ahí el dicho; “el tiempo es oro”.