Un vistazo rápido a los estantes de las tiendas de comestibles confirma; el cumplimiento de las expectativas de los consumidores de etiquetado de alimentos limpios ya no se irá.
Ya sea que la interpretación de “producto limpio” por parte del consumidor simplemente signifique que el producto no contenga ingredientes o colores artificiales, o se expanda más allá de eso para evitar residuos de pesticidas o antibióticos, las personas son más conscientes del origen y la calidad de fabricación de sus alimentos como nunca antes.
Los fabricantes, a su vez, están formulando y etiquetando productos para satisfacer las demandas de los consumidores y brindar una mayor transparencia en cuanto a lo que contiene un producto y cómo se procesa, pero ¿con qué riesgo? Las etiquetas inadvertidas e inexactas o las afirmaciones exageradas podrían ser impugnadas tanto por la autoridad como por los grupos de acción de los consumidores. Comprender las definiciones reglamentarias y cómo trabajar dentro de sus límites es primordial en el entorno actual.
Es importante tener en cuenta que los etiquetadores de alimentos son los responsables en última instancia de la precisión de sus etiquetas, lo que incluye garantizar que las declaraciones estén fundamentadas y no sean engañosas. Es necesario llevar documentación y registros diligentes. Eso puede significar la confirmación mediante un análisis independiente mediante el cual un consultor revisa y verifica la información del proveedor, verifica si los ingredientes están presentes en cantidades funcionales y determina si el etiquetado y las declaraciones cumplen con los requisitos reglamentarios de la autoridad alimenticia de cada país.
Hoy la sociedad demanda información clara, precisa y oportuna sobre los alimentos: quiere saber de dónde provienen, quién los produce y qué nutrientes aportan, por lo tanto, esta ley puede concretarse en un momento justo para impulsar un cambio en los hábitos alimenticios y generar conciencia en la sociedad, que redundará en bienestar social, económico y ambiental.
En este contexto, la industria alimentaria tiene la oportunidad de ser innovadora y contribuir a una alimentación saludable, siempre teniendo en cuenta los derechos humanos.
Fuentes :
www.snackandbakery.com www.infocampo.com.ar www.t13.cl
