En Bakery el éxito consiste en crear una experiencia

Primero hay que ofrecer calidad (obvio). Luego contar con una infraestructura atractiva (que no siempre es sinónimo de gasto excesivo) ¿Qué otro ingrediente asegura un gran triunfo?

¡Hacerse notar! Destacarse es la clave. Y si quieres llamar la atención, necesariamente debes crear una experiencia. El 72% de los milennials prefieren gastar dinero en experiencias más que en cosas (Y debo agregar en lo personal que quienes estamos fuera de ese rango etario también buscamos vivenciar algo nuevo a la hora de disfrutar del comer fuera de casa, especialmente luego de un largo periodo de confinamiento producto de la pandemia). Servir buena comida es parte de esa nueva vivencia por supuesto, pero se necesita algo extra para generar el entusiasmo que transforma un buen lugar para comer en un sitio inolvidable que se quiere visitar nuevamente. He tenido de clientes a varios restaurantes que solo sostenían su propuesta culinaria en la calidad de sus platos. Bastaba que cambiaran las recetas, al chef o se alterara la calidad de los insumos para que todo tambaleara. Estos ítems pueden ser gestionados, pero una vez que llega la desilusión al cliente, es prácticamente imposible recuperarlo.

Los ejemplos famosos del “saber hacerse notar” incluyen la experiencia temática de la cadena de restaurantes Rainforest Cafe, los chocolateros en vitrina de las tiendas en Mendoza, las tiendas “countries” de Cracker Barrel y las extraordinarias performances de los chefs hibachi japoneses. Hay que activar una diferencia en el estilo, en la atención, que fomente incluso el turismo. Que se diga; “Si viajas a esa ciudad no puedes dejar de visitar esa pastelería – pizzería – restaurante – sandwichería”.

Otras opciones podrían ser el permitir que los clientes preparen sus propias comidas, como el coqueto Restaurant Meridiano en Bellavista (Calle Dardignac) que me gustaba mucho, de harto éxito hace ya algunos años atrás. Inolvidables sus mesas que incluían una plancha caliente donde se podían preparar verduras salteadas, camarones, carnes blancas y rojas… ¡una delicia! Y preparadas a tu propio ritmo y gusto. ¿Qué más se puede probar? Las posibilidades son muchas; noches de juegos, ambientación temática o entretenimiento en vivo. Lo que se elija debe relacionarse con la historia de tu marca y estilo para mejorar su reputación general en lugar de ser solamente un truco.

¿Y qué profesión puede ayudarte si, por ejemplo, estás a cargo de la cocina de una pizzería, pastelería o un restaurante? La respuesta es simple; el teatro. Para entenderlo les comparto una frase de un paper académico de la Universidad Autónoma de Barcelona; «Por su materialidad, su desarrollo, por las reglas que las rigen, la cena gastronómica y la escena dramática tienen mucho que ver. En este sentido, más allá del mero espectáculo, la cena puede ser comparada con un auténtico drama que cuenta una historia —destinada a ser puesta en escena ante un público— con exposición, pausas, peripecias, trampas/obstáculos, desenlace y final. La comida tiene un potencial dramatúrgico aún más fecundo en la medida en que supone una arquitectura, una ordenación del espacio y del tiempo, una presentación de los platos, unas maneras de mesa, un modo de consumo, unas prescripciones específicas, y por fin, una duración».

Lo que hay que lograr entonces es una experiencia estética que reinventa los modos de degustar y de compartir la comida. Como dice el documento que mencioné antes; “La alta gastronomía actual multiplica los experimentos que tratan de provocar experiencias gustativas y colectivas en espacios inusuales, abriendo a la vez nuevos espacios-tiempos, nuevos imaginarios gastronómicos y proponiendo otras maneras de comer al huésped contemporáneo”.

¿Y qué ocurre generalmente cuando logras darle una potente identidad a tu establecimiento? No te darás cuenta cuando los medios de comunicación masivos se acerquen a conversar contigo o a través de mails y/o llamados telefónicos comiencen a solicitarte permiso formal para replicar tu creación en otros lugares. Nacerá así tu propia franquicia, que permitirá a mucha más gente el disfrutar de la performance desarrollada y sostenida en el tiempo, porque recuerda, el ingrediente esencial acá es sostener lo creado, fortalecerlo, para luego proyectarlo. Incluyendo la calidad de lo ofrecido por supuesto. ¡Mucho éxito!

Para más información visita…

Inc. De The Economist

816 New York

Universidad Autónoma de Barcelona