La Ciencia aconseja: consumir menos, pero mejor

Diversas macrotendencias están saliendo a la luz para contener el deterioro ambiental del planeta y al mismo tiempo seguir disfrutando de los beneficios de los mercados y sus productos

Conceptos como “Consumo Sostenible”, “Descrecimiento” o “Consumo Verde” están comenzando a ocupar portadas en los diarios digitales de todo el mundo, dando cuenta de una realidad que ya no es posible eludir.

En los últimos años, las personas se han vuelto más reflexivos acerca de los impactos de su comportamiento de compra sobre el calentamiento global y la importancia del consumo sostenible. El Consumo Verde, como alternativa a la forma tradicional de consumo, se refiere a un modelo de utilización de tipo ecológico que busca menguar los impactos negativos de los comportamientos individuales sobre el entorno ecológico al tiempo que satisface las necesidades humanas.

El portal Science Direct nos plantea la visión de los investigadores; «Los resultados indican que las razones para el consumo verde afectan las intenciones solo indirectamente a través de las actitudes, mientras que las razones en contra del consumo verde impactan las intenciones de manera directa, sin pasar por las actitudes. En otras palabras, las razones en contra del consumo verde obstaculizan las intenciones, a pesar de las actitudes positivas. Al mismo tiempo, ambos tipos de razones están influenciadas por valores ambientales. Para cerrar la brecha actitud-intención, proponemos medidas que los gobiernos y las empresas pueden tomar para elevar los valores ambientales de los consumidores, reducir sus “razones en contra” y aumentar sus “razones para” el consumo verde».

¿Por qué debe hacerse algo respecto a nuestra forma de utilizar los recursos de todo tipo? La ONU nos entrega tres datos concluyentes;

  • Cada año, se estima que un tercio de todos los alimentos producidos, equivalente a 1.300 millones de toneladas termina pudriéndose en los contenedores de tiendas de retail y minoristas, o echándose a perder debido a las malas prácticas de transporte y recolección.
  • Si la gente en todo el mundo cambiara a bombillas de bajo consumo energético, el mundo ahorraría 120.000 millones de dólares anuales.
  • Cuando la población mundial alcance los 9.600 millones (Estimado para el año 2050), se podría requerir el equivalente a casi tres planetas para proporcionar los recursos naturales necesarios para mantener los estilos de vida actuales.

«Podemos electrificar todos los coches y los edificios, podemos reorganizar el transporte público y favorecer el teletrabajo. Pero aun así no estaremos reduciendo emisiones lo suficiente. Pensemos en las imponentes emisiones asociadas a la agricultura convencional, a la aviación, a la generación y gestión de los residuos o a industrias como la del acero o del cemento. No hay más opción que reducir el consumo. Y lo mejor que podemos hacer es programarlo y acompañar las medidas con reconversiones profundas y con información, mucha información y diálogo social» sentencia en el portal The Conversation Fernando Valladares, Profesor de Investigación en el Departamento de Biogeografía y Cambio Global.

Los humanos somos seres de hábitos. Muchos comportamientos, tales cómo qué compramos, qué comemos y cómo desechamos los productos y los envases de nuestro bakery favorito, son parte de nuestras rutinas habituales. A menudo, la clave para difundir comportamientos sostenibles de los consumidores es primero romper los malos hábitos y luego fomentar los buenos.


Fuentes :
www.theconversation.com www.sciencedirect.com www.un.org