Cada formato que se comercializa de este fruto manifiesta ventajas para los consumidores. Hay, por cierto, diferencias sustanciales en las características de la presentación de las moras.
Gentileza de nuestro partner Alta Fruta les entregamos este informe, cuyo protagonista es este fruto que crece en arbustos de la familia de las Rosáceas, la cual incluye más de 2.000 especies de plantas herbáceas, distribuidas por las regiones templadas alrededor del orbe.
Y no se trata de elegir y cerrar la puerta a la opción que personalmente se prefiera menos, porque hablamos de una fruta de baja consistencia al medioambiente y que debe ser apoyado; «El problema es que las (moras) silvestres apenas duran unas semanas en la zarza. Además, en su modalidad silvestre es una fruta bastante frágil que conviene consumir en un plazo máximo de tres a cinco días por su tendencia a echarse a perder, incluso, a la proliferación de moho. Y aquí entran en juego las de importación, las congeladas…» señala el Diario El País.
Esa inestabilidad es característica basal de la mora, la cual además de comerlas al natural, se consume mucho en forma de mermeladas, yogures, gelatinas, confituras, zumos o batidos. Incluso se usan en la elaboración de postres, pasteles y bizcochos. Se expande su uso en recetas saladas, sobre todo las que están basadas en quesos y carnes.
El portal Directo al Paladar consigna acerca de la mora; «El arbusto de la zarzamora crece con facilidad de forma silvestre en gran parte de Europa, América y Oceanía, especialmente en zonas con temperaturas suaves pero soleadas. Es fácil encontrar un gran número de estas plantas en llanuras, claros bosques y márgenes de caminos de parajes con abundante precipitación. Los frutos maduran durante el verano y su recolección se produce entre los meses de agosto y septiembre, aunque actualmente también se cultivan algunas variedades todo el año para su consumo».
Respecto a las moras cultivadas, debemos consignar que la ingeniería genética y los avances en injertos unen esfuerzos para lograr nuevas variedades mejoradas, tanto en el aspecto cualitativo como en los matices organolépticos de la fruta. De paso, también se busca hacerlas más resistentes a plagas o al deterioro una vez recolectadas. Importante destacar entonces que sin la opción de la mora cultivada, el consumidor solo podría disfrutarla en ventanas muy angostas de días durante el año y debiera ser consumida rápidamente.
Si bien Chile se había convertido en un importante proveedor de bayas frescas para el consumo fuera de temporada a fines de la década de los 80’s y 90’s para el consumo local y el hemisferio norte, el costo del flete aéreo de fruta desde Chile se elevó progresivamente y esto llevó al mercado global a la búsqueda de nuevas áreas de producción.
Como resultado, Chile pasó de ser un significativo productor de frambuesas rojas y moras frescas en la década de 1990 y principios de la década de 2000 a casi ninguna producción fresca para exportar a mediados de la década de 2000. En un marco de tiempo similar, la producción mexicana aumentó rápidamente.
Esta expansión también se ha producido a medida que los consumidores en muchas áreas del mundo han desarrollado un mayor interés en las moras por sus beneficios para la salud, de las cuales estos frutos ofrecen niveles sustanciales de antioxidantes. Por lo tanto, las moras complementaron a otras bayas en el mayor interés del consumidor. La zona de producción se ha desarrollado en los últimos años es el centro de México, en los estados de Michoacán y Jalisco.
El desarrollo de la producción de moras mexicanas ha implicado el desarrollo de prácticas de producción únicas que, cuando se combinan con el ambiente templado y de gran altitud del centro de México y el uso del cultivo permiten la producción de fruta durante todo el año. Los campos individuales de moras se pueden manipular para que florezcan y maduren la fruta en casi cualquier época del año.
Las moras que trae a Chile Alta Fruta es un producto elaborado a partir de moras frescas de los mejores productores de origen mexicano, no modificadas genéticamente. Se congelan a través de túnel de aire forzado, (Individual Quick Freezing) y luego se envasan. Están elaboradas de manera cien por ciento natural sin aditivos ni colorantes añadidos, dando garantías de que ponen en vuestra mesa un fruto de calidad.
Fuentes :
www.elpais.com www.directoalpaladar.com www.frutas.consumer.es www.scielo.br www.altafruta.cl