Se ha convertido en un postre muy popular en Europa oriental por su especial preparación; se utilizan brasas para freírlo al igual que como se asa la carne en una parrilla.
En esta sección de Mercados & Tendencias de RedBakery constantemente hablamos acerca de productos de panadería y pastelería que marcan tendencia en otras latitudes del mundo y que acá en el cono sur de América son prácticamente desconocidos.
En este reporte nos referiremos a una masa horneada que en la actualidad es un “súper ventas” en muchas ciudades checas, húngaras y rumanas. Se comercia en puestos callejeros de las grandes localidades y son especialmente solicitados por los miles de turistas que están regresando luego de las restricciones asociadas a la pandemia.
Sin embargo, hay más de una teoría acerca de su “lugar de nacimiento”. Hay sospechas sobre el origen checo de este aromático bollo tostado, sin embargo gran parte de los expertos del Bakery locales señalan que el trdelník es un producto cuyo origen se radica en la región de Transilvania, que en una época pertenecía a Hungría. Su nombre original es Kürtös Kalács, es significa, bollo de comino. De las calles magiares se extendió a otras regiones de Hungría, entre ellas Eslovaquia, que fue hasta 1918 una región de ese país.
La palabra trdelník proviene de “trdlo”, que significa “palo de madera”. En la actualidad también se utiliza para elaborarlo una barra de hierro que se ubica sobre las brasas. La masa se envuelve alrededor del palo, y luego se prepara en el fuego o el carbón, mientras se gira hasta que se hornea hasta llegar al color dorado característico. Una vez sacado del palo, se obtiene un rollo de masa hueca, por lo que no es compacto y pesado como otros pasteles. Esta forma de cocción permite que la masa tenga consistencia suave en el interior y una corteza crujiente en el exterior.
«Concretamente el cocinero del conde József Gvadányi, general y filósofo húngaro que llevó la receta a la ciudad de Skalice en el siglo XVIII, donde la receta se alteró y nació la forma actual del trdelník, un nombre que por cierto no es checo sino eslovaco. Durante dos siglos se trató de un dulce reservado para ocasiones especiales, pero en la actualidad se halla en todo mercado que se precie y cuenta desde 2004 con denominación de origen protegida. Los turistas que visitan los barrios más monumentales de Praga, como la Ciudad Vieja o Malá Strana, se han acostumbrado a la pintoresca imagen de los puestos de venta de trdelník. Se trata de unas tiras de masa fermentada de un dedo de anchura que se enrollan en una barra de madera o hierro colado», relata el portal en español de Radio Praga Internacional. Es una masa asada a fuego abierto, recubierta de azúcar caramelizado y canela, ¡Trdelnik!
Se consume mucho en periodos invernales y con toda justificación, porque el relleno de este bollo, en general es bastante calórico; helado, nueces, salsas de chocolate, crema, mermeladas y otras delicias de alta indulgencia…
Fuentes :
www.muytraveler.com www.espanol.radio.cz www.ireceptar.cz