Con el aumento de la competitividad de los mercados y el marketing, se ha acelerado la tendencia en el que los alimentos diarios tienen versiones excepcionales de sí mismos.
Y este proceso no tiene limitantes; galletas, pizzas, sándwiches, chocolates, todo alimento, o casi todo, puede ser gourmetizado. Se trata, en el ámbito del análisis social en estudiar la transformación en el perfil de los consumidores actuales, los principales cambios en el comportamiento de los clientes, la planificación estratégica, además de presentar la nueva mirada a la comida rápida. También vale la pena insertar discusiones sobre los puntos positivos y negativos de la gourmetización y cuál es el futuro de la gastronomía en esta perspectiva.
Se suman en el mercado las hamburguesas caseras, a base de plantas, de legumbres, panes artesanales, masa madre para pizzas, repostería vegana, ingredientes seleccionados, productos diferenciados, combinaciones de ingredientes, todo ello para sugerir que un determinado producto es de calidad superior y, en consecuencia, puede costar más, recibiendo así la clasificación de gourmetizado.
Es una de las tácticas aplicadas, como el arte de emplear los medios disponibles o explorar las condiciones favorables con miras a objetivos específicos, y la gourmetización se convirtió hace mucho tiempo en una estrategia de marketing para buscar y presentar productos diferenciados a los consumidores. Con el actual escenario económico globalizado en el que la competitividad, las constantes inestabilidades políticas y económicas, además de numerosas adversidades, varias empresas han utilizado la fidelización como forma de mitigar los efectos de las crisis en los mercados y para ellos deben ofrecer en sus cartas estos productos de consumo indulgente, pero con un plus para vestirlo de forma más atractiva y diferenciadora.
Esta tendencia, que comenzó de modo tímido hace ya un par de décadas atrás, interconecta la alimentación y otros sectores de consumo utilizando el lenguaje gastronómico. Viajemos a Estados Unidos y revisemos el caso de un producto ícono de aquella cultura, las hamburguesas; No todas son iguales y, dados los cambios en el panorama dietético de este país en los últimos años, las hamburguesas son “cada vez más únicas”. En toda esa nación ahora se pueden encontrar opciones de «mejores hamburguesas» junto con Burger King y McDonald’s. Las cadenas de hamburguesas tienen como objetivo diferenciarse de la comida rápida típica al ofrecer menús enfocados, insumos novedosos y opciones personalizables. Cadenas como In-N-Out Burger, Smashburger y Umami Burger tienen como objetivo atraer a un número creciente de consumidores que desean una experiencia de hamburguesa gourmet.
La hamburguesa gourmet, ejemplifica un concepto importante en la sociología de la cultura, y más concretamente de la alimentación: la noción de omnívoro. Los sociólogos han descrito la omnívora como un tipo de consumo cultural que permite a los grupos de alto estatus mostrar su distinción de otros grupos.
Estas ideas sobre la sociología de la cultura se han desarrollado en parte a partir de la obra de Pierre Bourdieu “Distinction”, que mostró cómo las preferencias estéticas y los gustos culturales estaban directamente relacionados con la clase social. Bourdieu también descubrió que ciertas preferencias culturales se equiparaban con el “buen gusto” y que aquellos en posiciones de clase privilegiada a menudo tenían acceso a estas preferencias. Dado que la comida es un elemento importante de la cultura en la sociedad, la comida rápida se ha convertido en un importante contenedor para expresar estas preferencias en la cocina contemporánea.
Además de la mayor variedad de sabores, el estatus gourmet también es una forma de agregar valor económico a los platos. Las personas reconocen que esa comida se hizo con más trabajo, y están dispuestos a pagar más por ello. Por ello hoy nace la Empanada de Pastel de Choclo y Queso Philadelphia, el Sándwich de Lomo Saltado, la Pizza de carne Mechada de Queso Azul y más.
Sin embargo esta tendencia no solo responde a las necesidades del mercado y del marketing. Tiene una correlación en el estilo de vida de los públicos. En el caso de Chile la propensión a preferir lo gourmetizado se respalda en cifras. De acuerdo a las fuentes consultadas “Comprar alimentos en una feria, modificar recetas, encargar alimentos al extranjero, comer en restaurantes o cocinarles a invitados. Aunque no lo parezca, todos estos son hábitos de un consumidor gourmet, un grupo que ha crecido exponencialmente en los últimos años. De hecho, hoy en día, el 45% de los chilenos mayores de 25 años -de los segmentos socioeconómicos C1 y C2- puede ser considerado un consumidor gourmet. Así lo revela el estudio Chile Gourmet, elaborado por las consultoras iCuadrado, Contexto y Whizzy, cuyo objetivo es identificar las tendencias y preferencias del mercado”.
“Los hábitos gourmet son parte del capital cultural de las personas, que se traspasa de generación en generación”, asevera Claudia Corvalán, directora de la Consultora iCuadrado.
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