Se espera que en pocos años se introduzca en el mercado la primera cereza 100% nacional, acondicionada a los entornos meteorológicos de la zona central y centro norte de nuestro país.
«Chile es el principal productor y exportador de cerezas del hemisferio sur, con más del 95% de la oferta de contra estación y cuyo destino principal es China. Con casi 50 mil hectáreas plantadas de esta especie en Chile y cerca de 71 millones de cajas de 5 kg exportadas en la última temporada 2021, este importante rubro enfrenta desafíos mayores», puntualizaba hace algunas semanas atrás el portal Mundo Agropecuario, citando una reciente publicación del Ministerio de Agricultura de Chile.
Y son los organismos estatales los que están trabajando para confrontar esos desafíos. En concreto a través de un programa de mejoramiento genético de cerezas que elabora INIA (Instituto de Investigaciones Agropecuarias) y el Consorcio de Biofrutales con apoyo de CORFO (Corporación de Fomento de la Producción). El objetivo es introducir en el mercado local la primera cereza 100% nacional, acondicionada al clima de la zona central y centro norte de Chile. El Dr. José Manuel Donoso, genetista del programa en INIA, señaló que: “Esta iniciativa ha puesto especial interés en buscar variedades que sean competitivas en términos de producción, atractivas al consumidor, que viajen bien, pero además que puedan cultivarse en la zona centro norte del país con menores exigencias de horas de frio invernales”.
“Los problemas derivados del cambio climático están afectando la fruticultura chilena. Existe una menor disponibilidad de agua, los inviernos son menos fríos y hay una mayor aparición de plagas y enfermedades, lo que puede poner en riesgo nuestro potencial exportador. Por eso es que, a través del INIA, perteneciente al Ministerio de Agricultura, estamos apoyando estas iniciativas de mejoramiento genético y nuevas variedades que puedan resistir los efectos del cambio climático”, señaló el subsecretario de Agricultura, José Guajardo Reyes.
Encontrar nuevas alternativas para cultivar en la zona norte y la posibilidad de entrar al mercado con una cosecha muy temprana, alcanzando los mayores precios, han sido dos de los principales impulsos para plantear la posibilidad de cultivar cerezos en las regiones de Coquimbo y Valparaíso.
Por su parte, el gerente de Biofrutales, Rodrigo Cruzat comenta que en el rubro cerecero “Otra ventaja de cultivar cerezos en la IV y V regiones sería disminuir el riesgo de heladas y lluvias sorpresivas en épocas claves para el frutal. Tenemos una fuerte concentración de la producción en un periodo corto de tiempo. De hecho, prácticamente el 80% de ésta se concentra en ocho semanas, donde la mano de obra se hace insuficiente y cualquier problema de logística adicional hace que esta fruta sufra daños, más que ninguna otra probablemente, por eso necesitamos ampliar nuestra ventana productiva, diversificar nuestra matriz varietal y distribuir nuestros mercados”.
Si fuera posible cultivar cerezos en la zona norte de nuestro país por ejemplo, se tendría la posibilidad de prolongar el periodo de oferta de cerezas cuando éstas se encuentran con los mejores precios, y esto ocurre al comienzo de cada temporada. Por cada día que se adelantara la oferta de cerezas al mercado externo, sería posible alcanzar mejores precios que los actuales, y eso es claramente un beneficio para todo el rubro frutícola nacional, especialmente los dedicados a la exportación de este fruto.
Fuentes:
Mundo Agropecuario
Ministerio de Agricultura Chile
Biofrutales Chile