Las pymes y emprendimientos no están exentos de ver peligrar su identidad comercial a manos de grandes empresas que pueden llegar a los mercados y exigir títulos de terceros.
Una marca registrada protege palabras (como un nombre de marca), frases (como un eslogan o eslogan) o diseños (como un logotipo) que se utilizan para identificar una fuente única de bienes o servicios y distinguirlos de bienes y servicios similares disponibles de otros.
Los consumidores satisfechos con un producto o servicio tienden a comprarlo nuevamente y recomendarlo. Para ello es necesario que puedan recordarlo y distinguirlo de otros idénticos o similares. Registrar tu marca es darle valor, protegiéndola, para que nadie más pueda llamar a su producto o servicio con un nombre idéntico o similar al tuyo, impidiendo que alguien se apropie de tu marca, o confunda a los consumidores usando otra similar.
Es una forma de propiedad intelectual que identifica los productos o servicios de una empresa (indicando el origen de dichos productos / servicios) y los distingue de los productos / servicios de los competidores en el mercado. Dado que la valoración de cualquier empresa moderna se realiza tanto en términos económicos como en términos de su ‘valor de marca’ (o ‘identidad de marca’), tener una marca comercial ayuda significativamente a las empresas a relacionarse con clientes, socios comerciales y el público en general; establecer reconocimiento / asociación de marca; y lealtad por sus bienes o servicios y así aumentar las ganancias y competir.
La organización llamada por legalidad vigente en nuestro país es el Instituto Nacional de Propiedad Intelectual de Chile (INAPI), que en su web, informa; «Una marca es todo signo capaz de distinguir en el mercado productos o servicios. Las marcas pueden consistir en una palabra (marca denominativa) o combinación de palabras (marca mixta), cifras; letras; símbolos; dibujos (marcas figurativas) y hasta signos auditivos (marcas sonoras). Pueden consistir también en otros elementos o combinaciones de los mismos, como las marcas tridimensionales, olfativas, de patrón, multimedia, holográficas, de movimiento, de posición o táctiles, por mencionar algunas marcas no tradicionales. La Ley permite el registro de otros tipos de signo no regulados de forma expresa, como por ejemplo olores, texturas, sabores, y cualquier otro signo en la medida que estos sean lo suficientemente distintivos respecto de los productos y/o servicios que pretenden distinguir, y siempre y cuando estos signos puedan especificarse y representarse o reproducirse en el registro de manera clara, precisa y completa en sí misma; y que además sean fácilmente accesibles, inteligibles, duraderos y objetivos, de un modo que permita a las autoridades competentes y al público en general determinar con claridad y exactitud el objeto preciso de la protección solicitada».
Por lo tanto, es recomendable que cualquier persona / entidad que busque operar un negocio en nuestro país registre sus marcas comerciales. Desafortunadamente, dado que muchas empresas aparentemente desconocen cómo registrar una marca comercial en Chile, es importante informarse por los canales oficiales. Los trámites se pueden iniciar en la web de INAPI con la Clave Única del interesado(a).
En esa misma web, que compartimos al final de este reporte, INPI ofrece a todos quienes tienen el interés de registrar una marca, pero no saben cómo hacerlo, un curso online les permitirá conocer en detalle las características del proceso de tramitación. Además, entrega contenidos sólidos para distinguir diferentes tipos de marcas y variables de protección.