De a poco van subiendo las temperaturas y acercándonos a la temporada de calor… clima que nos incentiva a consumir más líquidos para refrescarnos. Si buscamos alternativas saludables, aquí les explico brevemente que considerar al momento de escoger. ¿Preparados?
En el mercado siempre encontraremos estas tres versiones, que son las categorías comerciales de comprar fruta, además de las piezas tan espléndidas que encontramos a diario en una frutería, pero no todas saben igual cuando las pasamos por la licuadora ni tienen el mismo efecto sobre el organismo, así que presta atención estas peculiaridades. Pasaré por explicar que es cada uno de estas categorías de productos.
El zumo de frutas, se trata de un producto susceptible de fermentación, pero no fermentado, que se obtiene a partir de las partes comestibles de frutas sanas y maduras, frescas o conservadas por refrigeración o congelación, de una o varias especies mezcladas, con color, aroma y sabor característicos del zumo de la fruta de la que procede. Se le puede añadir aroma y pulpa de la misma especie de fruta.
En el caso del concentrado de frutas, la bebida es sometida a un proceso de concentración tal como lo dice su nombre, en el cual se elimina parte del agua que contiene la pieza de fruta. También permite la incorporación de la pulpa, pero la principal diferencia es que al no contener agua estamos bebiendo la esencia más pura de esa fruta exprimida.
Por último en el caso de néctar de frutas, se trata de una bebida que está fermentada, pero se consigue con la incorporación de agua y en la mayoría de las veces de azúcares añadidos, sustituidos por edulcorantes si se desea. Dicho de otra manera, es un zumo rebajado con agua.
Si hablamos de la calidad de estos productos, consideramos parámetros como los grados Brix (que indica la cantidad de zumo y mide sólidos solubles), el pH, la acidez, el perfil de azúcares, oligosacáridos y minerales, índice de formol (relacionado con la madurez de la fruta), la cantidad y tipos de aromas y el contenido de vitamina C, los cuales están respaldados por el Reglamento Sanitario de los Alimentos, en este se incluyen directrices microbiológicas y parámetros físico-químicos que sirven de referencia para evaluar la calidad y autenticidad de los zumos.
Ahora, si nos referimos a la producción agrícola, es habitual el uso de plaguicidas para proteger los cultivos de amenazas como insectos o enfermedades. Este empleo cuenta con una importante base legal que fija límites máximos de residuos (LMR), que son los que se consideran seguros en productos agrícolas crudos o procesados. Tras una evaluación exhaustiva, a corto y largo plazo, sobre la toxicología de los productos químicos utilizados, se establecen dosis de referencia e ingestas diarias admisibles (IDA). Estos límites son evaluados y deben ser requerimientos de calidad para todas las industrias o pymes que hacen uso de estos productos a fin de asegurar su legalidad y seguridad hacia el consumidor.
Entonces si queremos un producto lo más saludable, ¿que debemos buscar?
• Que el porcentaje de fruta sea del 100% (se cumple en los zumos exprimidos y zumos a partir de concentrado).
• Que no lleven azúcares ni edulcorantes añadidos (requisito común a los zumos exprimidos y zumos a partir de concentrado)
• Que estén libres de aditivos (como ocurre con los zumos exprimidos y zumos a partir de concentrado)
• Que se hayan sometido al mínimo procesamiento posible, (lo que solo se da en los zumos exprimidos. Los zumos a partir de concentrado pierden parte de sus características durante la elaboración del concentrado).
• La presencia de vitaminas no es un valor añadido (las vitaminas A, C y E están presentes de forma natural en otros alimentos de consumo habitual, con mucho más interés nutricional que estos zumos y bebidas).
Y tú… ¿qué beberás este verano?