La progresión natural del pensamiento en torno a la impresión 3D es que si podemos imprimir fácilmente materiales aptos para alimentos, ¿podremos también imprimir los alimentos en sí?
¡La respuesta es sí! Debido a que la mayoría de las impresoras 3D utilizan un método de extrusión para crear el producto final, requieren que el sustrato sea una pasta o un líquido para funcionar. Entonces, en lugar de un filamento químico, los experimentos comenzaron con opciones comestibles como la masa para panqueques y chocolate. De hecho, el concepto es tan popular que las impresoras pancake se ofrecen a módicos precios en diversos mercados globales.
Algunas empresas van mucho más allá, como The Sugar Lab, una empresa de impresión 3D fundada en 2011 utilizan azúcar como sustrato. Ahora, siendo parte de una empresa más grande llamada 3D Systems, crearon el laboratorio culinario 3DS, donde colaboran con profesionales de la industria en creaciones únicas. La estrella de Food Network Duff Goldman y la ganadora de Top Chef, Mei Lin, son solo dos de los nombres conocidos que han experimentado con la compañía recientemente, y buscan expandir su alcance asociándose con el Culinary Institute of America.
«La mayoría de las impresoras 3D de alimentos actuales se limitan a exprimir los alimentos preparados en puré para darles la forma deseada. Todavía no hay demasiadas máquinas que puedan cocinar o enfriar al por completo al momento, y esto supone algunas limitaciones. Imagina que intentas imprimir algún modelo o figura a partir de masa de galletas; la masa es blanda, por lo que no se mantendrá. Por otro lado, la impresión 3D permite a los chefs hacer formas y decoraciones de platos muy bonitas. La impresión 3D de alimentos sólo funciona con chocolate en las condiciones de temperatura adecuadas, es decir, si el chocolate se endurece lo suficientemente rápido como para aguantar las siguientes capas», puntualiza el portal especializado en fabricación aditiva 3D Natives.
Dado que la pastelería presenta una potente veta creativa, las posibilidades de utilizar la tecnología 3D para traer nuevas ideas y avances al campo son bastante prometedoras. En el futuro, la calidad de la impresión 3D mejorará, su velocidad será mayor y ayudará en el desarrollo de diferentes campos. Sin duda, esto es solo el comienzo de lo que puede conducir la tecnología 3D, y las innovaciones prometen ser tan dulces como los propios pasteles.
¿Un ejemplo? Así lo comunica la web de Yanko Design; «¡Cakewalk 3D avanza a pasos agigantados para finalmente poder ‘imprimir’ comida! Tanto si es un aficionado como un profesional, la extrusora le ayuda a explorar muchas posibilidades cuando se trata de dulces personalizados o de hacer alimentos con decoraciones geométricas intrincadas… cosas que no son realmente factibles a mano. También hace que la replicación de patrones sea realmente fácil, por lo que puede hacer el mismo diseño de glaseado en 20 pasteles sin ningún esfuerzo ni pérdida de consistencia».
Hay más casos exitosos. Foodini es una impresora de alimentos en 3D que permite personalizar los alimentos, mejorar la eficiencia de la cocina y reducir el desperdicio de alimentos. Es posible imprimir usando ingredientes reales, naturales y frescos, pero al mismo tiempo lograr personalizar los alimentos, la nutrición y la presentación, imprimiendo la cantidad que necesita y nada más.
Un equipo de diseñadores e ingenieros han creado un sistema higiénico, seguro para los alimentos y muy fácil de configurar, operar y mantener. Son la receta perfecta de Diseño, Alimentación y Tecnología. Actualmente se encuentran en Milán (Italia), Beijing (China) y Nueva York (USA).