El mercado global de este vital insumo ha evolucionado significativamente a lo largo de la historia y en este reporte trataremos de entregar algunas claves de la actual situación.
En el siglo XIX, el trigo ruso tuvo un impacto importante en Europa y contribuyó a la primera verdadera revolución alimentaria internacional en un contexto de industrialización. El trigo duro dio origen a las pastas industriales, permitiendo la conservación y venta de pastas para comidas fuera del hogar. La urbanización y creciente proletarización en el siglo XIX y XX convirtieron las pastas de trigo duro en un proceso global e interconectado. Hoy en día, pastas y pizzas son alimentos esenciales en la dieta de millones de personas en todo el orbe.
Sin embargo, a pesar de ser un alimento clave en la economía y geopolítica global, Rusia perdió su posición dominante en el mercado del trigo debido a la mecanización temprana en países como Estados Unidos, Canadá y Australia, que produjeron cereales a menores costos y desplazaron rápidamente el trigo ruso de los mercados europeos. Esta pérdida de los mercados fue fatal para Rusia, que se vio privada de su principal logro económico y geopolítico. La guerra mundial posterior agravó aún más la situación. El trigo estadounidense y canadiense generó cambios aún más importantes, desafiando el orden de los mercados tal como se había mantenido hasta entonces.
Según un informe publicado por Research and Markets en 2021, se espera que el mercado de la harina alcance un valor de más de 270 mil millones de dólares estadounidenses para el año 2026, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 4,4% durante el período de pronóstico de 2021 a 2026. La harina es un ingrediente fundamental en la preparación de alimentos como panes, pasteles, galletas y otros productos horneados, y también se utiliza en la fabricación de pasta, pizza, alimentos para animales y otros productos alimentarios. La creciente demanda de alimentos procesados y horneados en todo el mundo es un factor clave que impulsa el crecimiento del mercado de la harina.
A juicio de Alessandro Stanziani, Director de estudios de la École Hautes Études en Sciences Sociales la situación se resume así; «Las actuales tensiones en torno de los cereales y el trigo, en particular en relación con la guerra en Ucrania, son a primera vista el resultado de una escasez. Esta última resulta innegable, pero sería reduccionista explicarla únicamente a través del modelo de la oferta y la demanda. En efecto, a partir de nuestro relato histórico, surge claramente que la escasez actual refleja no solo la evolución coyuntural, sino también tendencias estructurales a largo plazo: la ambición expansionista de Rusia basada en su papel en el comercio internacional y más tarde mundial del trigo; la lenta evolución de los mercados occidentales, y mundiales».
Sin embargo, no solo este conflicto es causante de la volatilidad del mercado de la harina, el que también se ve afectado por factores como las fluctuaciones en los precios de los cultivos y a la escasez de lluvias en extensos sectores de histórica producción de trigo en el mundo.
Fuentes:
Organización Nueva Sociedad
Cinco Días
Comunidad 3Tres