Con su combinación perfecta de crujiente por fuera y esponjoso por dentro, son un manjar que ha conquistado el paladar de amantes de los desayunos y postres alrededor del mundo.
Pero, ¿de dónde vienen estos deliciosos cuadrados y cuál es su historia? Los waffles tienen sus raíces en la antigua Grecia, donde se preparaban con frecuencia como ofrendas a los dioses. Sin embargo, la versión más cercana a la actual se atribuye a los belgas en la Edad Media. En aquellos años los waffles se consideraban símbolos de prosperidad, y las parejas recién casadas a menudo disfrutaban de waffles con miel en sus bodas. Los primeros waffles belgas eran mucho más delgados que los actuales y se cocinaban sobre fuegos abiertos. A lo largo de los siglos, esta deliciosa creación se ha transformado y adaptado en diversas regiones del mundo.
GastroLab nos entrega más antecedentes históricos; «El término ‘waffle’ y ‘wafers’ -esta última que significa oblea-, provienen del alemán antiguo ‘Wafel’, la cual está relacionada con las palabras tejido o panal de abeja, mismo que podría ser uno de los precursores del waffle como lo conocemos ahora en su versión cuadriculada. Durante la época medieval, el wafel alemán se convirtió en lo que se conocería como el gaufre francés, que con el paso del tiempo fue adquiriendo popularidad en Europa donde también se le conoce como gofre».
El waffle belga ganó reconocimiento internacional en la Exposición Mundial de 1964 en Nueva York. Fue entonces cuando se popularizó el «waffle belga», un waffle más grueso con cuadrículas más profundas. Desde entonces, el waffle ha evolucionado y se ha diversificado en innumerables variantes, desde los belgas tradicionales hasta los ligeros y crujientes waffles americanos.
Variedades de Waffles alrededor del Mundo:
• Waffles Belgas: Conocidos por su grosor y cuadrículas más profundas, se sirven típicamente con frutas frescas, crema batida o jarabe de arce.
• Waffles Americanos: Ligeros y esponjosos, son comunes en desayunos y brunches. Se sirven a menudo con mantequilla, jarabe y frutas.
• Waffles de Lieja: Originarios de Bélgica, son más densos y caramelizados, gracias a su masa de levadura y el uso de azúcar perlado.
• Stroopwafels: Provenientes de los Países Bajos, consisten en dos finas galletas unidas por un delicioso relleno de jarabe de caramelo.
La creciente popularidad de los waffles no es sorprendente, dado lo fácil y delicioso que resulta su proceso de preparación, atrayendo a más y más seguidores con el tiempo. Además, esta versátil delicia ofrece una increíble diversidad de opciones para degustar, lo que los convierte en un placer irresistible. Pueden disfrutarse tanto en versiones saladas como dulces, ya sea en el desayuno como primera comida del día, durante la cena o incluso en el almuerzo. Aunque a menudo se asocian con una ingesta calórica considerable, los waffles pueden transformarse en una opción no solo deliciosa, sino también saludable y nutritiva cuando se utilizan los ingredientes adecuados.
Los waffles, con su historia colorida y su versatilidad en la cocina, siguen siendo una deliciosa elección para cualquier momento del día. Ya sea que los disfrutes con frutas frescas y crema batida o cubiertos de jarabe, los waffles continúan deleitando a paladares de todas partes con su irresistible combinación de texturas y sabores.
Fuentes:
Erasmus en Flandes
GastroLab Web
Blanik Chile