Capacitarnos para poder enfrentar desafíos que se nos avecinan, y así poder competir con las mejores armas frente a nuestra competencia.
Ya llevamos dos décadas del siglo XXI, el mundo avanza muy rápido, la tecnología se posiciona como una herramienta fundamental para el desarrollo de la industria, y la pastelería no está ajena a este proceso. Es por eso, que debemos estar muy bien capacitados para poder enfrentar los desafíos que se nos avecinan, y así poder competir con las mejores armas frente a la competencia.
Cuando uno habla de capacitarse, no solo es referirse a las personas que manipulan o fabrican los productos, también a los dueños o la dirección de cada centro de producción.
Es importante y necesario pensar cómo va a sobrevivir en un ambiente empresarial moderno, y cómo se va a preparar para un futuro que ahora es incierto. La principal dificultad de la industria del sector pastelero es cómo reaccionar y monitorear el ritmo acelerado del cambio, ya que la transformación está en todos los ámbitos, más en tiempos de pandemia donde reinventarse es fundamental para poder sobrevivir.
Entonces, ¿cuándo necesitamos la tecnología para nuestra producción? Cuando aparece la innovación en materias primas, productos, ingredientes, maquinaria, sofisticación de proceso y evolución de la capacitación del personal de producción. Creo que este es el punto de inflexión en la industria pastelera. Y, claro está, que este fenómeno es el que cambia dramáticamente a la industria del sector hoy en día.
Sin embargo, para ser más proactivos, podemos tener a nuestro equipo mejor preparado para los cambios, y la fórmula es motivarlos a la mejora personal y colectiva. Hoy no existen los superhéroes, existen equipos de trabajo, y por eso hay que transformar lo Imposible en Posible.
Cada día es más importante la capacitación del personal laboral, y el cómo operar esto va de la mano con la rentabilidad, ya que en la medida que un operador sepa cómo sacar el mejor rendimiento ayudado por la tecnología, la rentabilidad mejorará. Es un ejercicio que tiene que ser transversal desde el que recibe la materia prima para producir hasta las vendedoras de la tienda, ya que un equipo bien entrenado es la mejor inversión para la industria.
Como experiencia personal, 17 años en esta industria y trabajando para Latino América capacitando y formando equipos de soporte técnico y comercial me da la razón, que un equipo bien entrenado es la mejor herramienta para competir y lograr una ventaja sobre las demás industrias del rubro.
Como ejemplo, el año 2000 encontré países muy atrasados, no solo en materias primas e ingredientes, sino también en recursos humanos. Fue un trabajo muy duro, ya que primero había que convencer a las direcciones de cada país al cambio y luego a nuestros técnicos. Paralelamente, había que convencer a los clientes y personas que hacían los productos, sacarlos de su ostracismo, y demostrarles que además de tener habilidades manuales debían trabajar con la cabeza, es decir, incitarlos a estudiar, tener más conocimientos, y prepararse para lo que venía. Había que hacerlos reaccionar y dejar en evidencia que la tecnología llegaba para mejorar la producción y la calidad de vida de las personas. Por eso: es el momento de potenciar nuestros talentos.