No se trata solo de juntar ingredientes y luego disfrutar de esta invernal y clásica preparación chilena. Existen una serie de datos que sí o sí tienen que estar presentes para que la sopaipilla pasada logre su mejor versión. Aquí, los cinco secretos fundamentales para anotar y guardar.
A pocos días de haber sido elegido como el Rey de la Sopaipilla Pasada, y en pleno goce de su dulce reinado por un año, el local Donde Yoyo’s se dio el tiempo de compartir sus mejores consejos para que la próxima sopaipilla pasada que prepares, logre un resultado excepcional y digno de la más alta realeza culinaria. Ubicado en la comuna de La Florida (Av. La Florida 8813), estos tips son los mismos que lo hicieron ganador del concurso organizado por Chancaca Deliciosa y en el que participaron más de 30 negocios de todo Chile para poder quedarse con esta codiciada corona.
En las propias palabras de Rodrigo Gutiérrez, uno de sus dos dueños y encargado de la cocina, más abajo, los cinco mandamientos fundamentales a tener en cuenta:
- La masa. No es sopaipilla si es que no lleva zapallo. Y ojo que tiene que ser zapallo camote y en una buena cantidad dentro de la masa.
- La sal. Aunque suene extraño, la sal es un condimento fundamental dentro de la masa de la sopaipilla. No hay que tenerle miedo.
- La chancaca. FUNDAMENTAL que sea la clásica de siempre, Chancaca Deliciosa, ya que hace que la sopaipilla quede ‘pasada’. En este sentido, la disolución es clave para que la salsa no quede tan espesa y se pueda tratar con otros ingredientes que ayuden a complementar su sabor.
- Cognac y café. Para resaltar aún más el sabor e intensidad de la preparación, un buen secreto es agregarle un toque de cognac y otro de café. Un toque personal, pero que aseguran, gusta a todos.
- Los infaltables. La base de sabor de la salsa también tiene sus ingredientes clave, de esos que tienen que estar sí o sí. Para anotar: zeste de naranja (que perfuma mucho), clavo de olor, canela y un toque de vainilla. Sin alguno de esos, mejor ni hablar de sopaipilla pasada.
¿El resto? Un grado de talento, por supuesto, pero lo esencial es puro amor y dedicación para estar siempre probando y probando y así poder alcanzar una sopaipilla pasada perfecta para el gusto de cada uno. ¡De eso se trata!