En este reporte analizaremos esta preparación alimenticia, catalogada como “comida rápida” y la forma “correcta” de consumirla para aprovechar todos sus ingredientes.
La tendencia de la gentrificación alimentaria (Gourmetización de la comida), que nació en lo formal en el año 2014, es un tema que tendrá un análisis exclusivo en esta sección. Sin embargo la protagonista de esta nota es uno de los productos que está en este proceso de búsqueda de nuevas formas de ser consumido, que se incorpora a las cartas menú de restaurantes y que, a través de otra tendencia paralela, aumenta en variedad de insumos, en posibilidades veganas, vegetarianas e incluso saludables, sin olvidar la querida y clásica versión indulgente de este alimento; con muchas calorías.
Hablemos del pan. Primero, revisemos los antecedentes, que extractamos esta vez del portal Sky Line Diner; «La historia del pan de hamburguesa va estrechamente ligada a la de la hamburguesa completa, como no podía ser de otra forma. El trozo de carne picada, llamado hamburg steak, era comercializado en un puesto ambulante por Charlie Nagreen en el año 1885, el cual observó y entendió que debía de buscar una solución que permitiera que sus clientes pudieran pedirlo y llevarlo consigo y no tener que tomarlo obligatoriamente en su establecimiento. Por esa razón decidió introducir la carne entre dos rebanadas de pan convencionales, que posteriormente fueron dos rebanada tipo pan de molde o sandwich. El pan con sésamo, tal y como lo conocemos hoy día, fue implantado en las hamburguesas por el alemán Otto Kuasw en el año 1910″.
Y nos enfocaremos en una noticia que, hace unos días, llegó a nuestra redacción; “No sabemos comer hamburguesas” o al menos no todos. La técnica correcta es girar el sándwich. La popular cadena de restaurantes TGI Fridays ha sugerido en su cuenta de Instagram que llevamos toda la vida haciendo mal algo tan aparentemente sencillo como comer una hamburguesa. Aparentemente es un alimento sin secretos, aunque parece que estamos equivocados, si hacemos caso a los expertos de la popular cadena de restaurantes llevamos comiendo hamburguesas de forma incorrecta toda la vida y poca gente lo sabía.
La explicación nos parece bastante convincente: “El trozo superior del pan es más grueso, por lo que tiene más capacidad para absorber los jugos de la hamburguesa, lo que ayuda a mantener el sabor durante más tiempo”, comentan desde la famosa cadena.
«En realidad, hay dos escuelas de pensamiento en lo que respecta a la técnica de comer al revés: algunos aconsejan voltear la hamburguesa en el plato tan pronto como se la lleven a la mesa, y otros argumentan que debe dejarla boca arriba en el plato, pero recógelo con los pulgares hacia arriba, girándolo mientras lo acercas a tu boca. Los defensores del último método sostienen que es mucho más natural recoger un objeto de esa manera (en lugar de con los dedos arriba y los pulgares debajo). Los defensores del último método sostienen que es mucho más natural recoger un objeto de esa manera (en lugar de con los dedos arriba y los pulgares debajo)» nos informa el portal Insider.
Obviamente, una hamburguesa al revés es visualmente menos atractiva que en su posición «normal», suponemos que ese es el motivo por el que seguimos viendo personas «comiendo mal sus hamburguesas» incluso en las propias redes sociales de Fridays, autores de esta peculiar teoría que probaremos muy pronto…
Fuentes :
www.computerhoy.com
www.insider.com
www.skylinediner.es