Marcando diferencias y fortaleciendo el tejido social en la comuna de Cerro Navia, se encuentra entre emprendimiento que entrega a sus clientes productos de gran calidad y sabor.
«Cuando partimos, pensamos hablar de una tetería, pero rápidamente nos dimos cuenta que el público que estaba alrededor nuestro no entendía muy bien el concepto, constantemente había que estar explicado de qué se trataba. Por eso decidimos identificar al negocio como un salón de té». Señaló nuestra entrevistada a un diario de circulación nacional hace tan solo unas semanas. Está descripción del por qué volver a retomar un concepto vintage, ahora revalorizado con el paso del tiempo, para identificar su emprendimiento nos estimuló para contactarla y conversar sobre La Bicicleta y qué se traen entre manos… ¡Comencemos!
¿Cómo llega Elizabeth Molina al rubro de los restaurantes y del Bakery en general?
Provengo de una familia con experiencia en emprendimientos, especialmente mi padre, quien hace siete años abrió un restaurante en la comuna de Lampa, especializado en comida chilena típica. Este establecimiento, situado en un entorno semirural, tenía características muy particulares. Fue allí donde adquirí conocimientos sobre el sector del emprendimiento gastronómico. No obstante, nunca me sentí lo suficientemente preparada o capacitada para aventurarme en este campo.
En relación con el pasado y el momento actual de su emprendimiento, Elizabeth puntualiza: La situación en la que me encuentro ahora ha sido una sorpresa para mí. ¿Cómo llegué a establecer el Salón de Té? Con el ánimo de expandir el restaurante existente, mi padre y mi hermana alquilaron una casa quinta en la comuna de Cerro Navia. Dentro de esta propiedad, hay una casona de ciento veinte años, muy reconocida en la zona. Al ingresar a este lugar, pensé que tal vez podría hacer algo relacionado con mi pasión por las tazas y las teteras, especialmente las de fabricación nacional, ya que soy coleccionista. Poco a poco, varias piezas de mis intereses y motivaciones personales empezaron a encajar. Así fue como comencé a creer que quizás podía ofrecer algo diferente y único.
«Aquí vienen familias completas, trabajadores del sector, adultos mayores que recuerdan con mucho cariño a los salones de té y también personas que se instalan toda una mañana a trabajar». Elizabeth Molina, dueña del Salón de Té La Bicicleta al diario Las Últimas Noticias.
¿Qué puedes destacar de la propuesta de La Bicicleta?
El sello distintivo de nuestra carta es que todas nuestras preparaciones tienen nombres alusivos a la bicicleta. Por ejemplo, todos nuestros sándwiches llevan nombres de competencias nacionales o internacionales de ciclismo de ruta. Asimismo, los helados tienen nombres relacionados con elementos del ciclismo. Nuestro fondue, llamado El Ciclista, preparado con chocolate belga semiamargo. Es una porción bastante generosa, acompañada de rollitos de canela, brownie, waffles y frutas de temporada, como frutilla o plátano, además de marshmallows. Es mucho más grande que en otros lugares y muy valorado por nuestros clientes, pudiendo ser compartido entre dos a cuatro personas, dependiendo del apetito.
Otro aspecto que nos destaca son los sándwiches, ya que trabajamos con carnes y pechugas de pollo desmechadas. Nuestras preparaciones son muy caseras, por lo que los sabores son intensos. Además, ofrecemos una variedad de panes para los sándwiches, y nuestros clientes pueden elegir entre pan de masa madre rústica, baguette francesa o molde grande. Esto ha sido muy apreciado por nuestros clientes, no solo por la calidad de los ingredientes, sino también por el tamaño de los sándwiches, que se pueden compartir fácilmente.
«Orgullosos de ser el Primer Salón de té Vintage Nacional. Felices de generar un espacio de encuentro, en donde convergen en perfecta sincronía la buena mesa, el rescate de nuestras tradiciones familiares y el sentido de pertenencia a un barrio y la historia de este. Seguiremos creciendo para destacarnos, con la firme convicción de ser un aporte al desarrollo patrimonial, comunitario y cultural. Gracias a cada uno de nuestros amigos que nos han preferido durante este hermoso e intenso primer año del Salón de té La Bicicleta». Instagram del Salón de Té La Bicicleta.
Nos sorprendió cuando revisamos un posteo en el Instagram del Salón de Té La Bicicleta. ¿Qué es El Fogón de los Cuentos?
Es una instancia de participación literaria que hemos generado acá en La Bicicleta, donde se agrupan diversos cuentistas de diferentes lugares de la región metropolitana. También hemos tenido visitas internacionales y son instancias que generamos una o dos veces al mes, dependiendo de las posibilidades que tenga la cantidad de cuentistas que se requieren, tenemos un grupo que es más o menos estable. Cada quince días nos reunimos alrededor de un fuego que hacemos acá en el patio de esta casona, relatamos diversas historias, anécdotas, compartimos libros y cuentos. Hay un espacio de narrativa muy enriquecedor. Así que eso es lo que hacemos, es un espacio abierto y totalmente gratuito a todas las personas que vienen al salón de té.
Hablemos de las grandes satisfacciones…
Son varias y se relacionan con distintos aspectos. En primer lugar, en términos económicos, hemos experimentado un incremento significativo en los ingresos familiares, ya que antes dependíamos de un solo sueldo. Pero, lo más importante para nosotros es el aporte sociocultural que hemos logrado generar. En Cerro Navia, una comuna de alta vulnerabilidad social, nuestro salón de té ha resaltado la importancia de ofrecer espacios distintos y diversos. No solo es una simple cocinería o panadería, sino un lugar que aporta un toque de delicadeza al barrio, elevando su nivel. Esto ha sido muy valorado por los vecinos, quienes aprecian enormemente nuestro emprendimiento familiar. ¡Somos un negocio muy querido por la comunidad!
«Gracias a todas y todas quienes en estos meses han compartido nuestra mesa, nos han visto crecer y nos comparten un pequeño momento de sus vidas y sus historias. Trabajamos día a día para ser mejores y gracias a ustedes avanzamos… Lento, pero seguro y vamos por más». Instagram del Salón de Té La Bicicleta.
Vemos una carta muy atractiva y variada, lo cual siempre se agradece. Conversemos de lo dulce. ¿Cuáles son las preparaciones más exitosas del Salón de Té La Bicicleta?
Hay dos preparaciones dulces que son especialmente importantes para nosotros y que nos distinguen. Primero, nuestro Chocolate Caliente casero, elaborado con especias como naranja y clavo de olor, al estilo de los cumpleaños infantiles de antaño. Esta réplica exacta es muy apreciada y refuerza nuestro objetivo de rescatar la memoria. Por otro lado, tenemos los Panqueques Celestinos, que se preparan al momento de ser pedidos.
Quiero destacar también nuestro helado Piñón Fijo, una deliciosa combinación donde puedes elegir entre un brownie, un rollito de canela o un waffle para acompañar tu helado artesanal. Además, lo servimos con crema chantilly, hecha en casa, y salsa de algún sabor. Estas son algunas de las especialidades más distintivas y reconocibles de nuestro local.
«La bicicleta es como un artefacto que nos ha reunido siempre. Hay cuatro generaciones de mi familia que han sido ciclistas amateur. Cuando partimos con el proyecto, sentimos que era algo que tenía que estar presente». Elizabeth Molina, dueña del Salón de Té La Bicicleta al diario Las Últimas Noticias.
En tiempos de emprendimientos online y sin espacios físicos, el Salón de Té La Bicicleta es una propuesta valiente, ¿rescatar espacios, recuperar vida social y de comunidad es innovar?
Sí, definitivamente. Nuestro objetivo es recomponer el tejido social, fomentar la asociación comunitaria y recuperar los espacios de encuentro con los vecinos. Queremos conectar con las personas que viven al lado, con aquellos que nos han visto durante años y con los vecinos que se mudaron pero regresan a visitar a sus familias. Tener un lugar de encuentro ha sido maravilloso para mí y enriquecedor para todos nosotros.
A la vez, es innovador en un tiempo en que todo parece ir en dirección contraria. Rescatamos formas que eran parte de nuestra idiosincrasia en los años 80 y 90. Trabajamos con cartas físicas y códigos QR, y nuestros tés se sirven en teteras, constantemente rememorando experiencias del pasado a través de los sabores. Para nosotros, esto es una forma innovadora de captar clientela, y el tiempo nos ha dado la razón, ya que es precisamente lo que valoran nuestros clientes. Aquí no se trata solo de consumir un producto, pagar y salir, sino de vivir una experiencia y transportarse a través de nuestra propuesta. Lo considero totalmente innovador.
Aplaudimos y apoyamos sin ninguna duda los emprendimientos como este, puesto que potencia, recupera no solo el patrimonio material de la ciudad, sino que ofrece entre sus muros una propuesta culinaria de alta tradición junto a actividades sociales valiosas y diferenciadoras.
Por ahora nos despedimos de Elizabeth Molina y del Salón de Té La Bicicleta, que ha fundado y establecido con singular éxito en calle Neptuno 1592, Cerro Navia. Para seguirles por redes sociales, les compartimos su cuenta de Instagram; @labicicleta_casona
Maravilloso… No se puede opinar otra cosa…
👏👏👏👏