Pastelería y Cafetería Masitas de Antofagasta: Referente de Calidad

Desde hace más de 30 años esta empresa familiar ha endulzado el día a día de miles de clientes en el norte grande de Chile. Hace unos años decidieron seguir haciéndolo dando un paso más.

Con motivo del Congreso Bakery Contemporáneo en Antofagasta, organizado por RedBakery, nuestro equipo de comunicaciones quiso conversar con una de las marcas más representativas del mundo pastelero y cafetero en esta importante ciudad del norte de Chile. Por eso, en esta ocasión nos contactamos con Joaquín Marín Lacazette, socio de Cafetería Masitas, para conocer más sobre su historia, su relación emocional y profesional por la repostería. ¡Los invitamos a leer la entrevista completa!

¿Cómo llegas al rubro del Bakery y la cafetería?

Desde muy pequeños, mi familia y yo hemos estado ligados al mundo de la repostería y la pastelería. Todo comenzó en 1993, cuando mi madre, Leticia Lacazette, abrió su primer local. Con el tiempo, fui tomando las riendas del negocio familiar, haciéndome cargo de la pastelería que hoy funciona en la calle Copiapó, en Antofagasta. Movidos por las ganas de seguir creciendo en este rubro dentro de la región, en el año 2021 junto a mi familia materna (tíos y primos) decidimos dar un paso más y abrir nuestra cafetería.

¿Cómo fueron los inicios de Cafetería Masitas y su nexo con la tradicional Pastelería Masitas?

En algún momento sentimos que ya no bastaba con solo hacer pasteles ricos. Queríamos ofrecer algo más, un espacio donde nuestros clientes de siempre —algunos con nosotros desde hace más de treinta años— pudieran sentarse tranquilos, compartir en familia y disfrutar lo que hacemos con tanto cariño. Así fue como nació la idea de abrir una cafetería más amplia, con una carta que no solo incluyera nuestros clásicos dulces, sino también opciones saladas como sándwiches y pizzas”, nos cuenta con una mezcla de orgullo y emoción quien lidera este proyecto familiar.

Y es que no se trataba solo de crecer por crecer. Detrás de esta expansión había una motivación más profunda: crear un lugar con alma, con identidad propia. Por eso, cada elemento de la carta fue pensado como una extensión del árbol genealógico que les inspira. Los platos no tienen nombres genéricos, sino nombres propios. Reales. Cercanos.

“Le pusimos el nombre de nuestros familiares a cada producto. Por ejemplo, el desayuno del tío Víctor, que es mi papá. Está la pizza de la abuelita Marta, la pizza de la abuelita Matilde, la tabla del Juaco, las ensaladas de la Catalina, el sándwich de la tía Suyi… y la torta Catalina, por mi hermana. Incluso tenemos la torta de la tía Lety. Y así, podríamos estar todo el día nombrando más”, agrega Joaquín.

En esta propuesta no solo se come: se recuerda, se evoca, se agradece. Hay un gesto de afecto detrás de cada plato, como si al probarlo se accediera también a una memoria compartida, íntima.

“La base de todo lo que hacemos viene de muy atrás. Las recetas de la pastelería son las mismas que aprendió mi mamá de su abuelita. Algunas las hemos ido adaptando un poco con el tiempo, pero el corazón de esas preparaciones sigue siendo el mismo”.

Y lo más importante: todo es hecho por ellos. Sin atajos ni intermediarios. Cada pieza de repostería y cada preparación salada se producen internamente, tanto en la sucursal del centro como en la cafetería. Un trabajo artesanal que no solo sostiene el negocio, sino también una tradición familiar que se transmite en cada bocado.

«Desde 1993, hemos acompañado a las familias antofagastinas, endulzando sus hogares con nuestra tradicional pastelería en calle Copiapó 585. En 2021, dimos un gran paso al abrir un espacio donde puedes disfrutar de esa misma tradición en un entorno acogedor y familiar. Nuestro objetivo es que cada visita a Masitas se convierta en un abrazo cálido, en un momento especial lleno de recuerdos y sonrisas que perduren para toda la vida».
Instagram de Cafetería Masitas

“Desde un principio, nuestra especialidad fue lo dulce”, recuerda con convicción nuestro entrevistado. “Las tortas marcaron el inicio de todo. La gente venía por ellas, las buscaba, las recomendaba. También salían muchas roscas al día… era impresionante. Las sopaipillas, sobre todo las pasadas con chancaca, se convirtieron en un clásico, al igual que los alfajores, que son muy tradicionales en esta zona. Todo eso fue lo que atrajo al público cuando recién abrimos la cafetería”.

Y es que los inicios de muchos espacios gastronómicos están ligados a una especialidad que los define. En este caso, fueron las preparaciones dulces —cargadas de tradición y sabor local— las que tejieron el primer lazo con los clientes. Pero no se quedaron ahí. El desafío fue lograr que el área salada estuviera a la altura de ese estándar.

“Después fuimos incorporando sándwiches. No queríamos que lo salado se sintiera como un complemento improvisado, sino como una propuesta tan cuidada como lo dulce. Así llegaron las pizzas también. La masa, tanto de las pizzas como de los panes de los sándwiches, se hace acá mismo, en el café. Todo lo preparamos nosotros”.

Esa decisión, de elaborar desde cero, de mantener procesos artesanales en cada detalle, revela una coherencia que ha sostenido su crecimiento. No es solo una cafetería con identidad dulce: es un lugar donde cada producto, sin importar si es una torta o una focaccia, lleva la marca del oficio bien hecho.

¿Nos comentas acerca de los actuales productos que se ofrecen en propuesta salada y dulce?

Lo más especial de este espacio es que nos permitió acercar aún más nuestros productos a la gente. Queríamos que nuestros clientes vivieran la experiencia completa: sentarse, disfrutar y descubrir la variedad de sabores que ofrecemos. En la cafetería puede degustar gran parte de nuestra carta de tortas —más de 30 creaciones únicas— y así encontrar su favorita. Muchas de esas primeras probadas se transforman luego en pedidos para cumpleaños y momentos especiales, porque sabemos que detrás de cada torta hay una celebración y un recuerdo por crear.

En lo dulce tenemos de todo un poco: pie de limón, kuchen de manzana, tartaletas, cheesecake de frutos rojos, tortas de varios sabores, rosquitas, sopaipillas, alfajores (de maicena, con coco, con nuez), mendocinos, galletitas… Y también incorporamos opciones sin azúcar y sin gluten, pensando en quienes son veganos, vegetarianos o intolerantes a la lactosa.

En lo salado, ofrecemos una buena variedad de sándwiches con carne o pollo, menús diarios —uno tradicional y otro vegano—, ambos con postres a elección. Además, tenemos pizzas, ensaladas, quesadillas y tablas para compartir.

“Un rincón en Antofagasta donde cada detalle invita a quedarte un ratito más”.
Instagram de Cafetería Masitas

¿Pueden identificar al tipo de cliente de Cafetería Masitas?

Nuestro espacio reúne a personas de todas las edades, aunque quienes más nos visitan son personas de 35 años en adelante. Muchas veces son grupos de amigas que comparten una tarde entre risas, clubes de lectura que encuentran aquí su rincón favorito o personas que trabajan en hospitales e instituciones que celebran sus reuniones con nosotros. También llegan jóvenes con sus hijos y familias completas, creando un ambiente cálido, diverso y lleno de vida.

¿Cómo ves el actual mercado de la cafetería contemporánea en Chile?

En el último tiempo, el mercado de las cafeterías en Chile —y particularmente en Antofagasta— ha experimentado un crecimiento bien notorio. Cada vez es más común ver nuevos locales abrir sus puertas, sumándose a una oferta que no deja de expandirse. En esta ciudad, por ejemplo, en apenas tres años se puede contar al menos una decena de nuevas cafeterías, quizás incluso más si consideramos aquellas que han surgido en barrios residenciales o dentro de espacios compartidos como librerías o tiendas de diseño.

Lo interesante es que este crecimiento no es solo en cantidad, sino también en calidad. Hoy, muchos consumidores están comenzando a valorar el café de especialidad, buscando no solo una buena bebida, sino también una experiencia más completa. Esa tendencia se ve con fuerza aquí en Antofagasta, pero también es visible en ciudades como Santiago, donde he tenido la oportunidad de observar de cerca cómo se mueven los locales, qué tipo de servicio ofrecen y cómo se construye la relación con el cliente. En ambos casos, hay una búsqueda por ofrecer un producto bien trabajado, con un relato detrás, y por generar una conexión más auténtica con quienes visitan la cafetería.

¿Cuáles son los mayores retos que les ha tocado enfrentar en Masitas?

El principal desafío, tanto en la pastelería como en la cafetería, ha sido mantener el sello que nos caracteriza en Masitas. Que la gente nos reconozca, que sigan eligiéndonos, y conservar la fidelidad de nuestros clientes de siempre. Muchos de ellos llevan más de treinta años comprando nuestros productos, y eso habla de una confianza que queremos cuidar.

Otro gran desafío ha sido mantener la calidad artesanal que nos diferencia. Todo lo hacemos a mano: las mezclas, las masas, cada detalle está hecho con cariño, y eso se nota. No buscamos competir copiando a otras cafeterías, porque lo nuestro tiene una identidad muy clara. Y claro, cuando decidimos abrir la cafetería, también fue todo un aprendizaje. Tuvimos que entender cómo funciona ese mundo: los tiempos, la atención, los procesos… cometimos errores, pero aprendimos rápido. Hoy por hoy, ya todo está mucho más afinado.

¿Cuáles son los planes para el mediano plazo?

Uno de nuestros principales objetivos hoy es mantener en buen pie el funcionamiento de ambas sucursales. La cafetería tiene apenas cuatro años de vida y, como les comentaba antes, ha sido una experiencia llena de aprendizajes. Por eso, asegurar que cada local funcione bien, que el equipo esté alineado y que la calidad no se pierda, es clave en esta etapa. Pero también estamos soñando en grande. Nos gustaría seguir creciendo, llegar a otros rincones de la ciudad y acercar nuestra propuesta a más personas. La idea es poder abarcar todo Antofagasta, que cada barrio tenga acceso a lo que hacemos y que cualquiera tenga la posibilidad de probar nuestros productos, sin importar en qué sector viva.

¿Por qué les interesa participar del próximo Congreso Bakery en Antofagasta que organiza RedBakery?

Bueno, la verdad principalmente porque se ve súper interesante la actividad que van a realizar en RedBakery y siempre es bueno para nosotros seguir aprendiendo… seguir también actualizándonos con nuevas preparaciones, nuevos productos que se están ofreciendo hoy en el mercado y hacer lazos comerciales.

Queremos agradecerle a Joaquín por la excelente disposición que tuvo para responder todas nuestras preguntas y compartir con nosotros parte de su historia. Le deseamos el mayor de los éxitos a Cafetería Masitas, para que continúe manteniendo viva esa hermosa tradición de preparar recetas heredadas del recetario familiar, llenas de cariño y dedicación.

Si quieren seguirlos y conocer más sobre sus productos, les dejamos sus redes sociales:
Instagram: www.instagram.com/pasteleria.masitas
Facebook: www.facebook.com/masitas.pasteleria

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