Cada vez que se disfruta una Baguette uno se lleva a la boca uno de los más icónicos símbolos de Francia. Es uno de los panes bandera, clásicos de la panadería gala… pero hoy está en serio riesgo de desaparecer.
Este referente de la repostería francesa no está pasando su mejor momento, pues su consumo en la tierra de La Marsellesa es tres veces menor a lo que se ingería en 1950 y este hecho tiene muy preocupados a las autoridades del país. Hay más antecedentes alarmantes para este famoso pan. Las hamburguesas y sus típicos “panes de alpiste” estaban en el menú del 85% de los restaurantes en Francia en el 2017, con 1.500 millones de unidades vendidas, según estudios de la consultora Gira Conseil, especializada en el sector del bakery.
Por supuesto en Francia hay otros tipos de barras de pan que se consumen diariamente, pero la Baguette encarna toda la imaginería que ha acompañado a la sociedad occidental por muchas décadas. La Baguette tradicional es la más clásica y popular. Puede definirse como una barra de pan de harina de trigo, que suele tener unos seis centímetros de ancho, tres o cuatro de alto y ochenta y cinco de largo, con un peso en torno a los 250 gramos.
La presidencia de la república gala, cuyo actual timonel es Emmanuel Macron, se ha hecho eco de los llamados y se ha propuesto el firme objetivo que la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) reconozca este famoso pan como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, respondiendo a una solicitud de la Confédération Nationale de la Boulangerie – Pâtisserie Française. Macron señaló que; “Conozco a nuestros Panaderos. Ellos vieron que los napolitanos habían logrado clasificar su pizza en la lista del patrimonio mundial de la Unesco, y se preguntaron, ¿por qué no podemos hacer esto para la Baguette? Y tienen razón. Nuestra Baguette nacional es la envidia de todo el mundo y es un símbolo por excelencia de nuestro saber hacer. Ella forma una parte esencial de la historia particular y de la vida diaria de todos los franceses, presente desde el desayuno a la cena en todos nuestros hogares”.
Dominique Anract, presidente de la Confédération Nationale de la Boulangerie – Pâtisserie Française expresó al momento de elevar la solicitud a la presidencia de la nación que; “Junto con la Torre Eiffel, la Baguette es uno de los grandes símbolos franceses. Estoy convencido que la Unesco aceptará en su día la proposición del presidente de la nación. Cuando veo el creciente predominio de los supermercados y tiendas de conveniencia franceses en la venta de pan, me digo a mí mismo que debemos actuar para defender este pan tradicional”.
Hace 25 años, en 1993, la misma Confédération Nationale de la Boulangerie – Pâtisserie Française estableció estrictas normativas para la elaboración de la Baguette; solamente puede elaborarse con harina, levadura, sal y agua, y deben respetarse precisos criterios de cocción. Sin embargo encontrar una Baguette auténtica es hoy una tarea complicada. Por supuesto no cuenta las McBaguette que los locales de comida rápida venden por miles en aquél país.
Fuentes :
www.abc.es www.telegraph.co.uk