En París, un renacimiento de la pastelería está en marcha y ha desatado disturbios en los paladares de miles que se agolpan para disfrutar de este dulce resurgimiento. ¿De qué hablamos? Bienvenidos a la Ciudad Luz.
Según una encuesta reciente, el 66% de los franceses se deleita con pasteles una vez a la semana, después de todo es una de las más reconocidas tradiciones culinarias gala. El 58% considera que una buena comida está incompleta sin un postre de repostería. «Los pasteles son algo simplemente irresistible», escribe el sociólogo y pronosticador de tendencias Ronan Chastellier, quien fue contratado por los organizadores del Pastry Show de París, que se realizó en junio.
Esta historia tiene que ver con Cedric Grolet, el multipremiado Chef Repostero de la Pastelería Le Meurice en París. «C’est la folie!» (¡Es un manicomio!) exclama una multitud de golosos fuera de la nueva boutique de pastelería de este pastelero talentoso. Esto sucedía a la vuelta de la esquina de Le Meurice, el histórico hotel favorito de la actriz Catherine Deneuve en el tocador y donde Grolet, de 33 años, es el galardonado jefe pastelero en el restaurante de 2 estrellas Michelin.
Los parisinos se han vuelto locos por las pastelerías y este lugar es la zona cero. Se inauguró en marzo. A menudo se ve a un portero uniformado que admitía a los clientes, uno por uno, en el estrecho santuario de laboratorio. No había vitrina. En cambio, como en una tienda de joyería fina, los productos se almacenaban en bandejas debajo del mostrador, de donde el personal de bata blanca producía cada pedido. Grolet es famoso por sus pasteles de frutas. Son sorprendentes, porque se ven como fruta real. El consejo de muchos; «Tienes que llegar temprano porque cuando se agotan, cierran de inmediato».
Impulsado por fotógrafos reposteros en las redes sociales y programas de cocina como «Top Chef», el enfoque actual del consumidor en la repostería es implacable. Según los panelistas parisinos «Los pasteles son una afirmación de la vida, una fuente de confort que se remonta a la infancia, y un placer accesible que compensa, probablemente, las muchas pequeñas molestias de la vida cotidiana». Y por esto muchos hacen fila desde las primeras horas de la mañana en las aceras cercanas al Hotel Le Meurice.
Y es que estos pasteles son muy gourmet, que se deben compartir con una copa de buen vino. ¿Cómo lo describiría un cliente acerca del Postre de Pomelo de Grolet?; “Con temor, rompí la cáscara impecable con mi cuchara. Una gruesa capa de ganache de chocolate blanco reforzaba la delicada capa exterior. En el interior, un gelée de pomelo transparente contenía pepitas de pomelo rosa y trozos de cáscara en conserva que fluían lentamente de la envoltura, como lava brillante. El mi cuchara reinaba lo fresco, intenso y cremoso, con un sabor vibrante y texturas que me enviaron al nirvana pastelero”.
Y es que en París existe un renovado amor por estas exquisiteces francesas y muchos parisinos y visitantes de la Ciudad Luz buscan centrarse en una variedad de atmósferas. Ya sea en los hoteles de 5 estrellas donde la hora del té incluye creativos menús de repostería preparados por chefs famosos o en una calle con una inusual concentración de pastelerías o en tiendas modestas es una manera dulce de experimentar el aspecto más elemental de Cultura francesa: saborear verdaderamente lo que comemos.
La alta costura de la pastelería parisina se encuentra en los históricos «hoteles palacios», donde ambiciosos expertos en pastelería, que trabajan junto a los chefs ejecutivos de los restaurantes, están redefiniendo Arte de pastelería francesa para la nueva generación con golosinas de diseño con manchas de oro y remolinos de colores. La hora del té, generalmente de 2:30 a 6 pm todos los días, ofrece la oportunidad de probar algunas de las pastelerías más innovadoras de París, todo mientras se recarga en el aire enrarecido de estos hitos.
Para muchos amantes de la repostería, sin embargo, un viaje a París es incompleto sin una fiesta de Macarrons. Échale la culpa a Pierre Herme, padre del renacimiento de estas exquisiteses. Herme dijo, hablando a una multitud en el último Pastry Show que su empresa más nueva, 86 Champs, es un café en los Campos Elíseos que cuenta con un amplio mostrador, donde puedes elegir entre docenas de variedades de bellos y deliciosos Macarrons. En la última década, Herme ha sido mentor de muchos chefs exitosos, incluida por ejemplo Claire Damon, la reina de la pastelería, de la cual hablaremos en próximas notas en RedBakery.
Para el registro, la frase francesa para el placer culpable se traduce como «pecado lindo». ¿Saborear un pastel con el nombre de Saint Honoratus, el santo patrón de los pasteleros en el Monte de los Mártires, junto a un lugar que revolucionó el mundo del arte? Un lindo pecado…
Fuentes :
www.bloomberg.com www.chicagotribune.com www.ahwatukee.com