Se espera que los consumibles fríos sean menos saciantes en comparación con los consumibles calientes. ¿Es así? ¿Qué dice la ciencia al respecto?
«A la hora de ingerir un Sándwich para acompañar una taza de café no da lo mismo si usted lo elige frío o caliente. Por lo menos es lo que detectaron investigadores de la Western Washington University, Estados Unidos» nos alerta el portal Las Últimas Noticias.
Esta universidad analizó el comportamiento de 123 clientes de un café específico que sirve ambos tipos de Sándwiches y la diferencia no solo está dada por el “gusto personal” del consumidor, puesto que adquirir un producto frío impulsa la compra de productos adicionales. ¿Qué señala el estudio de la universidad norteamericana?
Una de las conclusiones de los expertos fue el constatar que cuando un Sándwich es más tibio o caliente, hay mejora en las características organolépticas y en la sensación de placer y bienestar, lo que no ocurre con los Sándwiches fríos, que se identifican como menos agradable al paladar y esa sensación se compensa con el consumo de otros alimentos, por ejemplo, acompañarlo con papas fritas.
“Demostramos que la temperatura a la que se sirven los alimentos y bebidas afecta las compras complementarias de los consumidores, definidas como alimentos y bebidas adicionales comprados para un episodio de consumo. A través de una serie de estudios, que incluyen estudios de campo y experimentos de laboratorio controlados, mostramos que los consumidores eligen más alimentos complementarios cuando consumen o pretenden consumir un alimento o bebida que se sirve frío en lugar de caliente. Esto ocurre porque se espera que los consumibles fríos sean menos saciantes en comparación con los consumibles calientes. Las temperaturas de servicio que aumentan las compras complementarias pueden mejorar los resultados de la empresa, pero podrían agregar calorías innecesarias a la comida y, por lo tanto, es de interés tanto para los consumidores como para los gerentes”.
Las Últimas Noticias consultó al neurólogo Germán Cueto de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso quien señaló que; «Cuando la comida está caliente emite muchos más vapores y esto significa también mayor estimulación al sistema olfativo, el sabor se realza. La comida caliente también tiene ese efecto y hace que el bulbo olfativo descargue más estímulos hacia los centros cerebrales encargados del placer y del sabor, en especial los que están ubicados en el rinocerebro, la parte más profunda del cerebro que tiene que ver con el olfato».
Fuentes :
www.bit.ly/SandwichFriooCaliente www.smoda.elpais.com www.sciencedirect.com