Todas las revoluciones industriales han generado desigualdades y ha existido un proceso de reemplazo en los puestos de trabajo y en el cómo trabajamos.
Lo que se vive hoy en el mundo no será la excepción. El Covid-19 tuvo un efecto inmediato en el mercado laboral a nivel mundial, destruyendo millones de puestos de trabajo solo en el año 2020 debido a las restricciones establecidas para controlar la propagación del virus y por la caída de la demanda agregada.
Chile no ha estado exento de la recesión mundial ocasionada por la crisis del Coronavirus: entre enero y junio de 2020 se destruyeron dos millones de empleos, casi un tercio de la fuerza laboral del país. El colapso del empleo en Chile, algo mayor que en otras naciones, agrega peso a la hipótesis que señala que el impacto de la pandemia puede ser más significativo en los países en desarrollo, que generalmente tienen sectores informales altos y mercados financieros menos profundos.
«Encontramos evidencia de que el Covid-19 actúa como catalizador para que las empresas ajusten su estructura laboral hacia la transformación digital. En resumen, con base en la evidencia de Chile, argumentamos que las economías en desarrollo podrían experimentar una recuperación sin empleo en muchos sectores económicos, especialmente aquellos donde las tecnologías de automatización están disponibles y el precio de la tecnología sigue cayendo» es una de las potentes conclusiones de un reciente estudio referido a la realidad en Chile, publicado en el portal científico Science Direct. Este análisis señala que sectores como la hotelería y los restaurantes presentan un 34% de riesgo de automatización en los próximos años.
Hace unos días el portal de Tele 13 señaló que; «El método, desarrollado por un equipo de científicos suizos, revela que la inteligencia artificial no es la única amenaza al empleo humano». Ahora nos referiremos a este estudio, el cual revela que la inteligencia artificial no es la única amenaza al empleo humano, pues los trabajos físicos también podrán ser realizados por robots.
La robótica tiene un lugar especial en la tendencia a la aplicación funcional de la Inteligencia Artificial, ya que los robots están conectados al mundo real y aparecen cada vez más en el entorno cotidiano de los humanos, desde el hogar hasta la industria. No veamos esto solo desde la perspectiva del riesgo. Los humanos se beneficiarán en gran medida de las interacciones reales con los autómatas. Esto no solo es cierto para escenarios de interacción complejos como androides que servirán como guías, colaboradores o miembros de un equipo, sino también para funciones más predefinidas como el transporte autónomo de personas o mercancías. Cada vez más, los robots necesitan interfaces adecuadas para interactuar con los humanos de una manera que los humanos se sientan cómodos y que tenga en cuenta la necesidad de cierta transparencia sobre las acciones realizadas.
¿Qué nos plantea el estudio suizo? La gente dedicada al bakery tendrá un índice de riesgo de automatización de 0,69 (Siendo el máximo un 0,78), por tanto el riesgo sera «alto». La gente dedicada al “Servicio al Cliente” está algo menos “amenazada” con la automatización de sus funciones. El estudio suizo le da un rango de robotización de un 0,62.
Revisemos otras labores: los encargados de recepción de hoteles y centros turísticos suman un índice de riesgo de automatización del 0,64, catalogado como “medio-alto”. Los chefs y jefes de cocina marcan un índice de riesgo de automatización de 0,62. La gente dedicada al oficio de atención en restaurantes, cafeterías y similares marcan una alta tendencia a la robotización de sus trabajos; 0,71.
Ya que los humanos y los autómatas trabajarán juntos de manera cercana, entonces se requerirá que los humanos tengan cierta confianza en la tecnología y también la impresión de comprender qué está haciendo el androide y por qué lo hace. Proporcionar a los robots la capacidad de comunicarse e interactuar naturalmente con nosotros minimizaría la adaptación requerida del lado humano. Hacer de esto un requisito para que los humanos puedan trabajar e interactuar con robots en el mismo entorno, complementa la visión centrada en el ser humano, en la cual la robótica es una tecnología diseñada para la colaboración y el empoderamiento de la gente en sus entornos vitales, incluidos los laborales.
Fuentes: