La Tradición es la mejor Innovación y también un homenaje a quienes, con su arte, construyeron nuestra identidad culinaria. Todos, son valores que protege y honra esta casa repostera.
Al ingresar a la página web de Dulcería Frutillar buscamos primero saber de ellos. Nos encontramos con este relato: “Somos una dulcería enfocada en mantener procesos de producción artesanales, con especial énfasis en la selección de productos de calidad para la elaboración de nuestras tradicionales recetas alemanas. La torta Reina Ana hizo que desde los años 90 nuestra dulcería fuera parte de la mesa de todos nuestros clientes. Desde entonces, tortas como la Frutillar, Puerto Varas, Chocolate Manjar y la Trufa, se han hecho una tradición al momento de endulzar las celebraciones. De esta manera nos hemos consagrado como una pastelería fina, de tradición, y por sobre todo, de calidad”.
¿Quién mejor para responder a nuestras consultas que el propietario de esta pastelería que ya ha cumplido dulces tres décadas? Pablo Aguirre, gentilmente recibió al equipo de comunicaciones de RedBakery;
¿Cómo fueron los primeros años de Dulcería Frutillar?
Todo comenzó en Avenida Cristóbal Colón, a solo tres cuadras de nuestra actual casa matriz, en un pequeño local donde nuestra abuela, Carmen Sahr, vendía platos preparados, entre ellos algunos postres como una oferta secundaria. Fue allí donde Pablo Aguirre Sahr, nuestro padre e hijo de Carmen, llegó para echar una mano, recién llegado a Santiago tras más de una década viviendo en distintos lugares de la Patagonia chilena con su familia. Al principio, su ayuda era temporal, pero pronto el destino tomó otro rumbo.
Al poco tiempo de sumarse al negocio, Pablo vio una buena oportunidad en enfocarse en los postres, al notar la creciente preferencia de los clientes por estos. Así, junto a su madre Carmen, decidieron apostar por lo dulce. En 1993, nació Dulcería Frutillar, inspirada en recetas tradicionales alemanas y austríacas, con raíces profundas en la calidez de la tierra austral, origen de nuestra familia.
Con mucho esfuerzo y sacrificio, y gracias a un firme compromiso con la calidad, una propuesta innovadora y la preferencia de nuestros clientes, la marca comenzó a crecer, abriendo nuevas oportunidades. En poco tiempo, fue necesario mudarnos a un local más grande, nuestra actual casa matriz, donde seguimos elaborando artesanalmente cada uno de nuestros productos hasta el día de hoy.
«Hoy es muy tentador modificar el proceso para hacerlo más barato, rápido y eficiente, sacrificando el resultado. Nosotros decidimos seguir “a la antigua”, buscamos ser reconocidos por nuestra calidad y consistencia. Hasta ahora lo hemos logrado gracias a ustedes».
Instagram de Dulcería Frutillar
¿Qué puedes contarnos acerca de la elección de proveedores?
Un tremendo desafío. En los últimos años ha subido todo, y muchos se están viendo obligados a incorporar insumos alternativos de menor calidad, cosa que en Dulcería Frutillar no haremos nunca. Tenemos proveedores de más de treinta años, muchos de ellos empresas familiares como la nuestra. Creemos en las relaciones de largo plazo, en el valor de hacer las cosas mejor y de forma distinta.
Este año hemos visto proveedores pequeños que se están enfocando en la parte que a nosotros nos interesa de la industria, ofreciendo alternativas de mayor calidad a precios competitivos. Ahí vemos oportunidades.
¿Cuáles son los productos más demandados por los clientes?
Nuestras tortas originales, parte del legado innovador de nuestros fundadores. Ellos fueron los primeros en Chile en poner nombres propios a las tortas, creando clásicos como la Torta Frutillar, Torta Reina Ana y Torta Puerto Varas. Todas originales de Dulcería Frutillar.
La Chocolate Manjar, Kuchen de Frambuesa y productos sin azúcar como la Merengue Frambuesa les siguen, y en esta época el Pan de Pascua o Queque inglés, que ha estado entre los mejores de Chile desde la creación del ranking de la revista Wikén de El Mercurio. Son muchos los rankings que nos han posicionado como el mejor Pan de Pascua de Chile, y tratamos de que todos tengan el placer de probarlo, pero de verdad que es casi imposible…
“Originalmente, la Dulcería Frutillar preparaba su tradicional receta de queque inglés, hecho con frutas confitadas y un toque de licor. Pero poco a poco, la gente lo fue comprando como Pan de Pascua para estas fechas, y se ha vuelto tan popular que así quedó. Como Pan de Pascua ha aparecido en numerosas ocasiones en nuestro ranking; debutó el año 2010, obteniendo de una vez el primer lugar, y desde ahí no ha dejado de llevarse las palmas y los primeros lugares de este ranking (…). Sin duda, un gran regreso, y un Pan de Pascua para irse a la segura, que esperamos no volver a extrañar. Los jueces alabaron su buena textura, el equilibrio en sus aromas, su miga compacta y su gran tamaño. Aplaudieron su humedad interior y su riquísimo sabor.”
Revista Wikén, Diciembre 2024
¿Cómo es el público de Dulcería Frutillar?
Le gusta comer bien. Busca productos consistentes y elegantes, no empalagosos. Puede probarnos mil veces, y siempre queda con la misma sensación. Lo clásico es resistente a todas las modas.
¿Cuáles son los retos al trabajar con recetas tradicionales?
Aquí identificaría dos grandes desafíos principales que enfrentamos en nuestro trabajo. El primero radica en el reto constante de mantenernos vigentes sin perder de vista nuestras raíces y tradiciones. Este equilibrio no es sencillo, ya que requiere un compromiso continuo, una gran dedicación y un esfuerzo significativo por parte de todo el equipo. Implica cuidar cada detalle, preservar lo esencial de nuestras prácticas y, al mismo tiempo, adaptarnos a los cambios y exigencias del entorno actual, lo que conlleva sacrificios importantes.
El segundo desafío está relacionado con las materias primas de alta calidad, un pilar fundamental para garantizar la excelencia de nuestros productos. Sin embargo, estas se han vuelto cada vez más escasas y sus precios han incrementado de manera considerable. Esto no solo impacta directamente en nuestros costos de producción, sino que también nos exige buscar alternativas sostenibles y creativas para mantener el estándar que nuestros clientes esperan. Enfrentar estos retos nos obliga a ser resilientes y a buscar soluciones innovadoras, siempre fieles a nuestra visión y valores.
¿Cuál ha sido el mayor desafío que han enfrentado al dirigir Dulcería Frutillar?
Sin duda las transiciones. Es un negocio familiar con todas sus letras. Hace dieciséis años nos dejó nuestro padre Pablo Aguirre Sahr, fundador de Dulcería Frutillar. Con la fortaleza del equipo, y liderazgo de nuestra madre Milena Peribonio, pudimos enfrentar una pérdida dolorosa sin parar ni un solo día. Su legado es motivación en todo lo que hacemos.
¿Qué les hace sentir más orgullosos y de qué logros están especialmente satisfechos con Dulcería Frutillar?
La preferencia de nuestros clientes es, sin duda, nuestro mayor orgullo y el motor que impulsa cada una de nuestras acciones. No necesitamos grandes campañas publicitarias porque son ellos mismos quienes, con sus recomendaciones sinceras, se convierten en nuestra mejor carta de presentación.
Este boca a boca, auténtico y orgánico, refleja la conexión genuina que logran nuestros productos. Saber que siguen eligiéndonos, leer y escuchar las emociones y experiencias que despiertan en ellos nuestras creaciones, nos llena de satisfacción y nos motiva a seguir trabajando con pasión. Es ese reconocimiento el que da verdadero sentido a todo lo que hacemos, reafirmando que cada esfuerzo vale la pena. ¡Esperamos compartir nuestras creaciones y poder acompañar esos momentos especiales!
¿Planes para Dulcería Frutillar?
Nuestro objetivo a largo plazo es homenajear el legado de quienes nos antecedieron. Ser reconocidos como la mejor pastelería chilena tradicional, elegante, donde la calidad no se transa, sumando innovaciones respetuosas con esos valores e inspiradas en pastelerías europeas clásicas.
En diciembre del 2023 lanzamos un rebranding, luego de dos años de trabajo, ejemplo de las acciones que tenemos planificadas para mantenernos vigentes respetando la esencia. Otro ejemplo es el respeto a los procesos artesanales, que son cada día más escasos en la industria. He ahí nuestro lema “Hecho con cariño, como en los viejos tiempos”. Estamos constantemente en busca de oportunidades que permitan crecer en esa línea, de manera sostenible y responsable.
Nos llevamos el rico sabor de su Pan de Pascua en el paladar y nos despedimos de Pablo Aguirre y de su talentoso equipo, que siempre entrega calidad y cariño en base a una dulce tradición que, estamos seguros, seguirán respetando, cuidando e integrando en dulces dosis en cada uno de los productos que elaboran.
Locales:
Av. Cristóbal Colón 5300, Las Condes.
Avenida Tabancura 1336, Vitacura.
Julio Philippi Izquierdo, Chicureo.
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