El Quintal Panadería: Lo Esencial es Protagonista

En este destacado emprendimiento de Bakery hay toques de decisión, inspiración y también la necesidad de reinventarse exitosamente, en un momento en que todo se veía convulso.

La propuesta de El Quintal Panadería destaca por su amplia y variada oferta, pensada para satisfacer diferentes gustos y necesidades. Su catálogo incluye una impresionante selección de panes para sándwich y masas de pre-pizza, con opciones que van desde el Pan Integral, Pan de Viena y Muffin Inglés, hasta clásicos chilenos como la Marraqueta y la Hallulla. Además, ofrecen productos como Ciabattas, diversos tipos de panes de molde, brioche y muchas otras alternativas, todas elaboradas con un enfoque en la calidad y el sabor.

Esta diversidad no solo refleja el compromiso de la panadería con la excelencia, sino también su capacidad para combinar tradición y creatividad en cada uno de sus productos. Para conocer más sobre esta destacada propuesta, su inicio y su actual realidad, conversamos con Rodrigo Zepeda, el orgulloso propietario de El Quintal Panadería, quien compartió detalles sobre su pasión por el oficio y su visión personal.

Se comenzó este lindo proyecto panadero en épocas complejas… ¿Cómo crees que reinventarse en tiempos de crisis puede transformar el mundo de la panadería artesanal?

Estoy convencido de que casi el 99% de las recetas que conocemos hoy tienen su origen en los alimentos y preparaciones creados durante épocas de crisis, escasez y dificultades. Por muy sofisticadas y elaboradas que puedan parecer en la actualidad, estas recetas nacieron de la necesidad de aprovechar lo que había a mano, de buscar soluciones creativas ante la adversidad.

En esos momentos, recurrimos a lo esencial, a lo básico, poniendo todo nuestro esfuerzo y creatividad en transformar ingredientes simples en algo especial, que no solo nos alimente, sino que también nos reconforte. Por eso, cuando hablamos de transformación en la panadería, no se trata de innovar sin rumbo, sino de un regreso a las raíces, a ese origen humilde que siempre nos recuerda que en la simplicidad y el ingenio se encuentran las mejores respuestas para superar los desafíos.

¿Cuál fue la inspiración detrás de la creación de El Quintal Panadería y cómo surgió la idea inicial?

Con mi esposa somos chefs. Y antes de la pandemia siempre estuvimos trabajando en cocinas, banquetes, restaurantes y lugares similares. Con la llegada del Coronavirus, nos vimos en la necesidad de reiniciar nuestras vidas, poniendo en práctica los conocimientos que teníamos. La incertidumbre de no generar trabajo era abrumadora, pero decidimos dar un primer paso. Compramos un pequeño horno, un saco de harina y comenzamos a hornear panes que regalábamos a los vecinos. Lo que inicialmente era un gesto solidario pronto se transformó en algo más. Todo comenzó a fluir de manera maravillosa: las personas empezaron a llamarnos para comprar pan, y la demanda creció rápidamente.

En poco tiempo, llegamos a conectar con alguien que estaba abriendo un negocio, y, gracias al boca a boca, la noticia de nuestro trabajo se extendió. Cuando finalmente pasó la pandemia, nos dimos cuenta de que habíamos construido una cartera de clientes significativa. Fue entonces cuando decidimos dar el siguiente gran paso: abrir nuestro propio local.

El lugar donde establecimos nuestra panadería nos inspiró profundamente. Queríamos rescatar y revivir la esencia de lo que alguna vez fueron las panaderías de barrio: espacios cercanos, cálidos y llenos de autenticidad, donde los vecinos encontraran no solo pan, sino también un pedacito de comunidad. Con ese espíritu, comenzamos a ofrecer lo mejor de nosotros mismos en cada detalle, desde los productos hasta el servicio. El esfuerzo no ha pasado desapercibido: los vecinos nos han mostrado un cariño enorme, y su apoyo ha sido el mayor reconocimiento a nuestro trabajo.

¿Qué factores consideraste al elegir la ubicación para el local físico, y cómo influye esto en la experiencia del cliente?

Fue todo un poco accidental. Solo buscábamos un lugar para poder producir con mayor volumen. Casi buscando algo cerrado. Se nos ofreció este local, que creemos es hermoso y eso nos abrió la idea de abrir a todo público y no solo producir para HORECA. La gente sentía el aroma, las esencias, y nos golpeaban la puerta. Pasado un año de producir a puerta cerrada, abrimos a todo público.

Y es muy potente lo que indica Rodrigo, el dueño de El Quintal. De acuerdo a la literatura validada en el marketing del Bakery el aroma de panes y masas recién horneadas en una panadería tiene un impacto sensorial profundo que influye directamente en la experiencia de consumo. Este estímulo olfativo, cálido y reconfortante, activa recuerdos y emociones asociadas a la comodidad del hogar y a momentos de bienestar, generando un vínculo emocional inmediato con el cliente. También crea una atmósfera acogedora que invita a permanecer en el lugar, explorar productos y disfrutar de la compra como una experiencia placentera. Desde el punto de vista del marketing sensorial, este fenómeno incrementa el valor percibido de los productos y fomenta la fidelidad del cliente, convirtiendo una simple visita a la panadería en un momento memorable y lleno de significado.

¿De qué manera la tradición panadera francesa está presente en la elaboración de tus productos?

Teniendo en cuenta y valorando mucho el proceso de fermentación en frío por doce horas. Trabajamos con una masa madre que ya va a cumplir cinco años. Y la estética de las hogazas y otros panes busca esa nostalgia de panes más antiguos tradicionales. También agregamos panes muy tradicionales que no van con lo francés, como hallullas por ejemplo. Todo poniendo atención a lo que nuestro público necesita.

¿Cómo proyectas el futuro de la panadería artesanal en Chile y qué papel juega El Quintal en esa visión?

Existe mucho potencial para poder «resucitar» las panaderías como tal y no como mini market o almacén que va dejando el pan como algo secundario. En toda panadería, el pan y sus derivados deben ocupar el lugar central, siendo los verdaderos protagonistas. Mantener vivas las tradiciones y la historia que rodea a nuestro pan, así como su significado emocional para las personas, es una experiencia profundamente gratificante. El pan no es solo un alimento; es un símbolo de hogar, de unión y de momentos compartidos.

Además, los derivados dulces del pan también tienen su magia: evocan recuerdos de infancia y celebraciones. Hay algo especial en el simple hecho de oler el pan recién horneado. Ese aroma inconfundible genera una conexión inmediata, y es común ver a la gente sonreír al sentirlo, abrazar con cariño la bolsa que contiene su compra y disfrutar de ese instante. Incluso desde la calle, las personas saludan al pasar, y los niños muestran una alegría contagiosa.

Trabajar en un ambiente tan cercano y lleno de emociones positivas es algo hermoso, algo que hace que cada día sea único y especial. Es una satisfacción que va más allá del oficio, conectándonos con la esencia misma de lo que significa compartir y nutrir.

¿Qué importancia le asignan a los ingredientes locales y cómo influyen en el sabor y la calidad de tus panes?

Son absolutamente vitales para nosotros. Representan la base de nuestro trabajo y el alma de cada pan que producimos. Además de garantizar frescura y calidad, utilizar productos locales nos permite capturar los sabores auténticos, lo que enriquece el carácter de nuestros panes y los hace únicos. Son el corazón de nuestra panadería y el reflejo de nuestra identidad.

“El desafío principal es mantener la calidad y buscar nuevos productos que ofrecer. Actualizar y mantener el factor sorpresa”
Rodrigo Zepeda, propietario de El Quintal Panadería.

¿Cómo buscas recuperar la esencia de la antigua experiencia de consumo en la panadería?

Ofreciendo un producto de calidad, de la mano de atención de calidad también amabilidad y buena atención son muy cercanos al olor a pan caliente, no sé si se entiende bien ese complemento. Todo «modernizado» creo que se siente un poco más frío. Y eso se aleja de la idea que nos queda, la nostalgia de una panadería. Pensando en comprar pan en un supermercado, por ejemplo es una experiencia totalmente diferente.

¿Qué mensaje te gustaría transmitir a los clientes que valoran la tradición y el proceso artesanal?

Creo que es la mejor opción que podrían tomar. Con respecto a buena salud, buen sabor y buen vivir. Es muy importante no olvidar los orígenes para estar felices en el presente.

Agradecemos el tiempo que Rodrigo nos entregó para conversar sobre su panadería. Si desean visitarla, se encuentra en calle El aguilucho 3471, Providencia. Santiago de Chile

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