La tendencia de cocinas y espacios compartidos en el rubro de la restauración en Chile han evolucionado desde el boom pandémico a una interesante consolidación selectiva.
Durante los meses más duros de la epidemia, en medio de cuarentenas, restricciones de desplazamiento y el subsiguiente auge inédito del delivery, surgió una oportunidad que prometía revolucionar la manera de emprender en el ámbito gastronómico: las cocinas y espacios compartidos. Inspirados en el modelo de las dark kitchens, estos lugares permitían a restaurantes, emprendedores y pequeños negocios operar sin la necesidad de contar con un local propio abierto al público. “De acuerdo a los registros de Colliers, entre los años 2020 y 2022, en medio de la pandemia, las “dark kitchens” en el país aumentaron en un 100%, mientras que en los últimos dos años la demanda por este tipo de locales se estabilizó. Con todo, desde la consultora inmobiliaria señalan que continúan en auge ya que, luego de la irrupción del covid-19, las personas se acostumbraron a pedir comida”, puntualiza una de las fuentes consultadas.
La fórmula fue, al menos en un principio, explosiva. Los costos reducidos, la flexibilidad de arriendo y la posibilidad de aprovechar el creciente apetito por los pedidos en línea convirtieron a estos espacios en un salvavidas para muchos. «Si bien estos espacios, al igual que las dark kitchens, vivieron un boom en pandemia, la oferta hoy ha disminuido. Se mantienen solo aquellos que han logrado ajustarse al contexto económico», señala el suplemento Mercado Mayorista del diario las Últimas Noticias. Sobre la base de esta puntualización, que compartimos, les ofrecemos nuestro análisis.
Con el retorno a la presencialidad y el encarecimiento de insumos básicos, el escenario cambió drásticamente. Muchos de los emprendimientos que nacieron al calor de la urgencia no pudieron sostenerse en el tiempo. Los costos de arriendo, el alza en los servicios básicos y la mayor competencia en plataformas de delivery hicieron que decenas de cocinas compartidas cerraran sus puertas.
Lo que queda hoy es un ecosistema más pequeño, pero también más sólido. “Sobrevivieron quienes entendieron que ya no se trataba solo de arrendar un espacio, sino de ofrecer un servicio integral: asesoría, contactos con proveedores, marketing digital, e incluso capacitaciones en gestión”, explica un empresario del rubro. Y esto se traduce en que importantes ciudades regionales en nuestro país, como La Serena, están activando sus propios centros productivos “oscuros” en abierto beneficio de los emprendedores locales que requieren con urgencia bajar sus costos fijos para seguir siendo competitivos.
El modelo actual se ha ido sofisticando. Algunos espacios han optado por especializarse en ciertos nichos, como repostería, comida saludable o producción de alimentos veganos, para así atraer a un público específico. Otros se han convertido en verdaderos coworks gastronómicos, donde además de hornos y mesones se comparten ideas, contactos y oportunidades de negocio.
Los que lograron adaptarse han encontrado estabilidad en un mercado que sigue demandando rapidez y eficiencia, pero que ya no tolera propuestas improvisadas. Hoy, emprender en una cocina compartida implica un plan de negocio claro, foco en la calidad y estrategias de fidelización más allá del delivery.
Mirando hacia adelante
Aunque el boom quedó atrás, los expertos coinciden en que las cocinas y espacios compartidos seguirán siendo una alternativa viable, especialmente para quienes buscan iniciar un emprendimiento gastronómico sin asumir grandes riesgos. La diferencia es que ahora la apuesta debe ser más estratégica, con foco en la sustentabilidad y la capacidad de ajustarse a las oscilaciones del mercado.
En definitiva, lo que la pandemia encendió fue una chispa que aún ilumina, pero con menos intensidad. Los sobrevivientes del boom son los que lograron profesionalizarse, adaptarse y reinventarse en un sector que, como la cocina misma, exige creatividad constante para mantenerse en el menú.
Fuentes:
Las Últimas Noticias
The Clinic
Elqui Global
