La Panadería de la Esquina, La Pastelería del Barrio

La producción en masa y las largas cadenas de suministro han sido necesarias para hacer llegar los alimentos con precios asequibles a toda la población en todos los lugares.

Hablemos de las Ciudades de Proximidad. La web Huellas By Sareb lo explica así; «Para hacernos una idea, se trata de un modelo de ciudad habitual en Europa, donde encontramos ejemplos como París o Barcelona. Poseen centros compactos en los que se realiza un elevado número de desplazamientos, rodeados por otras capas en las que el movimiento y la densidad van disminuyendo. El modelo opuesto, el de la ciudad dispersa, sería el de urbes como Los Ángeles o Helsinki, donde la gran mayoría de sus habitantes cubren largas distancias cada día entre distintos núcleos especializados para acceder a sus necesidades básicas, como ir al trabajo, a la compra o a la escuela».

La masividad en nuestro abastecimiento ha tenido un coste a pagar (primordialmente a costa del sabor y el impacto social y ambiental que implicó) y el consumidor actual es consciente de ello. De ahí, la demanda progresiva de productos locales, que sean vendidos por proveedores conocidos.

Hace algunas décadas atrás todo era atendido por su propio dueño. Se tenía muy cerca de casa una panadería, una verdulería, una farmacia, una pastelería, que era por supuesto el rincón indulgente del barrio, una botillería, una reparadora de calzado.

Creemos firmemente en los negocios de la comunidad del vecindario. Algunos de los componentes del staff de RedBakery recordamos haber crecido así en nuestros barrios y solía haber mucho más de eso, y creemos que hoy es un buen momento para recultivar.

Para los consumidores, los alimentos de producción directa representan frescura, salubridad y la oportunidad de apoyar a los agricultores locales, siendo el contacto directo con los productores primarios una característica clave de los intercambios. Algunos estudios también identifican lo que podría describirse como una reunión de corazones y mentes entre proveedores y consumidores en sistemas de producción directa, compartiendo valores y deseos de optar por no participar en los canales principales y participar en sistemas alimentarios alternativos.

Definitivamente, trabajar por la tendencia de los productos de proximidad puede convertirse en una prerrogativa competitiva para las marcas. Pero sobre todo, lo que debemos subrayar es que esta apuesta, redunda en beneficio de todos.

En el vecindario es donde se construyen relaciones con los clientes que tienen más probabilidades de apoyarnos por mucho tiempo. Con los clientes locales, se trata de generar confianza.

Finalmente, una reflexión de LA Network; «Vivir de manera diferente significa, ante todo, cambiar nuestra relación con el tiempo, esencialmente el de la movilidad, que ha degradado en gran medida la calidad de vida a través de viajes costosos, desde todos los puntos de vista. ¿Cómo ofrecer a los residentes urbanos una ciudad serena y al mismo tiempo satisfacer sus funciones sociales urbanas esenciales? Es hora de no avanzar hacia la planificación urbana sino hacia la planificación de la vida urbana. Se trata de operar una transformación del espacio urbano todavía altamente mono funcional, con la ciudad central y sus diversas especializaciones hacia una ciudad policéntrica, respaldada por cuatro componentes principales: proximidad, diversidad, densidad y ubicuidad, para ofrecer esta calidad de vida en distancias cortas, a través de las seis funciones sociales urbanas esenciales que son: vivir, trabajar, aprovisionarse, cuidarse, aprender, descansar».

Esa construcción de proximidad depende hoy de la labor diaria de las pastelerías, pizzerías, sandwicherías, panaderías, heladerías y chocolaterías de emprendimiento. Son los llamados a crear nuevas relaciones, nuevas fidelidades.


Fuentes :
www.w.huellasbysareb.es www.dialnet.unirioja.es www.la.network