La Sopaipilla; También parte de las Fiestas Patrias

Es una actriz, a veces secundaria, de nuestros buenos momentos, de nuestras celebraciones, encuentros y también de aquellos instantes cotidianos.

Pero primero, revisemos su génesis. El portal De Chile nos relata que su origen de su nombre tan peculiar vendría del árabe, sin embargo; “La versión más aceptada dice que “Sopaipilla” es simplemente el diminutivo de “Sopaipa”, que viene del romance andalusí “Xopaipa” (pan mojado en aceite) y este del germano “Suppa” (pan mojado en líquido). La historia de la Sopaipilla es de las que atraviesan varias lenguas a lo largo del tiempo. El étimo original es el mismo germánico que se incorporó al latín y, difundido desde la época del bajo imperio romano, ha producido el español, portugués y catalán “Sopa” y está representado en muchas lenguas de Europa tributarias del latín”.

Una muy buena descripción de la Sopaipilla y su impacto cultural en nuestro país la hemos leído hace poco en el Diario Online paraguayo ABC, que señala; «Quien haya visitado Chile no podrá olvidar sus famosas sopaipillas. En casi todas las ciudades existe un gran surtido de carritos ambulantes vendiéndolas durante todo el año se esmeran en ser “Los reyes de la Sopaipilla”, ofreciendo un sinfín de acompañamientos como distintos tipos de salsa de ají, pebre, chucrut, mostaza, kétchup, queso, azúcar impalpable, miel y muchos más. En estos puestos callejeros, los vendedores las fríen a la vista del público y cada persona puede agregarle el aderezo que desee. La receta llegó a América en el 1700, junto con los colonizadores españoles que las llamaban “Sopaipa”, palabra de origen árabe que significa pan mojado en aceite. Los araucanos las bautizaron Sopaipillas en honor a un ave de la región. El aporte americano fue darle el baño de chancaca, un producto típico de la repostería chilena elaborado con azúcar sin refinar y melaza, saborizada con canela y cáscara de naranja o limón. Es una de las masas fritas más tradicionales, incluso se ha convertido en una de las comidas rápidas preferidas de los chilenos de todas las edades. Se sirve dulce o salada, y hay muchas formas de prepararla, pero la que lleva zapallo y se moja en una salsa dulce de chancaca se lleva todos los aplausos”.

«En términos de comida callejera, yo creo que la Sopaipilla es la preparación que más se encuentra en todo Chile. Los Calzones Rotos funcionan igual, aunque no sé si sean tan fáciles de encontrar como una Sopaipilla«, señaló a Las Últimas Noticias e Chef Tomás Olivera.

Una noticia llegada desde lejos levantó hace pocos días alguna controversia en redes sociales. En Twitter, el canal de la revista norteamericana Tasty (Food Community) es muy popular y masivo. De acuerdo al relato del diario La Tercera; «A través de sus redes sociales, presentaron un tutorial de cocina para Sopaipillas que incluía harina, azúcar, polvos de hornear, aceite vegetal, sal y un montón de otros ingredientes para acompañar, como chocolate e inclusive miel. Dicho inglés: OUTRAGE!».

Muchos tuiteros chilenos mostraron su indignación ante esa publicación, cuyo resultado a juicio de muchos se aparta del concepto de una Sopaipilla, que tiene ese sabor neutro que permite consumirla sola, con elementos salados como una rica palta e incluso dulces como el manjar y la mermelada.

Lo concreto, y aunque no se refleje su realidad en Netflix o se quiera “reinventar”, es un alimento que nos acompaña siempre; como comida al paso, en desayunos, hora de onces, al momento de esperar atención en un restaurante e incluso siendo parte de un Sándwich Gourmet. ¡Y también invitada estelar en Fiestas Patrias!


Fuentes :
www.lun.com www.latercera.com www.etimologias.dechile.net www.abc.com.py