Knafe Árabe: Historia, Ingredientes y el Arte de Maridarlo

En este artículo, que es parte de una serie de notas que revisan los postres más famosos del mundo, exploraremos sus orígenes, sus cualidades más destacadas y las formas de disfrutarlo.

El Knafe (o Kunafa, como también se le conoce en diferentes regiones) es un postre icónico de la repostería del Medio Oriente. Con una historia que se remonta siglos atrás, su popularidad ha trascendido fronteras, conquistando paladares con su irresistible combinación de texturas y sabores. En este artículo, exploraremos sus orígenes, sus cualidades más destacadas, sus ingredientes esenciales y las mejores formas de disfrutarlo.

Orígenes y Tradición

El Knafe es un postre de raíces profundas en la cocina del Levante, abarcando países como Palestina, Líbano, Siria y Jordania. Su origen exacto es debatido, pero se sabe que era consumido en la corte de los califas omeyas en Damasco durante el siglo VII. Se dice que fue creado para proporcionar energía durante el ayuno del Ramadán, ya que su combinación de masa, queso y almíbar ofrece un alto valor energético.

A lo largo de los siglos, el Knafe se ha convertido en un símbolo de celebración y hospitalidad, servido en bodas, reuniones familiares y festividades religiosas. En la actualidad, cada región tiene su propia versión, lo que enriquece aún más su legado.

Cualidades Únicas del Knafe

Lo que hace del Knafe un postre especial es su combinación de contrastes perfectos. Su exterior crujiente, elaborado con finos hilos de masa kadaif, se equilibra con un relleno cremoso que se funde en el paladar. Todo ello se complementa con un almíbar perfumado, que aporta dulzura y una sutil fragancia floral.

Su apariencia dorada y brillante lo convierte en un postre atractivo y tentador, mientras que su mezcla de ingredientes aporta una experiencia sensorial única. No es solo un postre; es un homenaje a la repostería artesanal, donde cada detalle cuenta.

Entre las versiones más populares, encontramos:

Knafe Nabulsi: Originario de la ciudad palestina de Nablus, usa un queso especial llamado Nabulsi, de sabor suave y ligeramente salado.
Knafe con crema: En lugar de queso, lleva una capa de crema espesa o «ashta», aportando un sabor más delicado.
Knafe enrollado: Una versión más compacta, donde la masa se enrolla con el relleno en su interior, similar a un canutillo.

¿Cómo Comerlo y Maridarlo? El Knafe se disfruta mejor recién horneado, cuando la masa aún está crujiente y el queso o la crema están en su punto justo de fusión. Se puede acompañar con: Café árabe o turco: Su amargor equilibra la dulzura del Knafe. Con Té negro con menta: Un clásico en el mundo árabe, que aporta frescura y ligereza o con Limonada con hierbabuena: La acidez de la limonada contrasta perfectamente con el almíbar del postre.

El Knafe árabe es más que un confite; es un reflejo de la tradición y la riqueza gastronómica del Medio Oriente. Su equilibrio entre lo crujiente y lo cremoso, junto con su inconfundible aroma floral, lo convierte en una joya de la confitería internacional. Ya sea disfrutado con un café fuerte o con un té especiado, este postre sigue conquistando generaciones y expandiendo su legado culinario por todo el orbe.

¿Ya lo has probado? ¿Cuál es tu versión favorita? Déjanos tu comentario y comparte la experiencia de disfrutar este clásico de la repostería árabe.

Fuentes:
Recetas Árabes
Bonviveur
Mango Merkén

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