En el vasto universo de la pastelería internacional, hay tesoros culinarios que destacan por su singularidad y exquisitez. Viajamos al lejano oriente para conocer esta creación nipona.
Uno de estos tesoros es el «mochi», una deliciosa creación japonesa que ha conquistado paladares de todo el mundo. Acompáñenme en este viaje culinario mientras exploramos los orígenes, las cualidades y otros aspectos fascinantes de los mochis.
Los mochis tienen profundas raíces en la tradición gastronómica japonesa y han sido parte integral de la cultura culinaria del país durante siglos. Su historia se remonta al periodo Nara (710-794 d.C.), donde los arroces glutinosos comenzaron a ser utilizados para crear esta deliciosa golosina. Sin embargo, fue durante el periodo Edo (1603-1868) que los mochis adquirieron popularidad y se incorporaron en festivales y ceremonias especiales.
La base de los mochis es el glutinoso y pegajoso arroz nipón llamado «mochigome». Este arroz se cocina y luego se machaca hasta obtener una masa suave y elástica. La verdadera magia reside en la habilidad del maestro pastelero para manipular esta masa, creando una textura única que se funde en la boca. Los mochis no son solo una golosina homogénea; son un lienzo culinario para una variedad de sabores y rellenos. Desde los clásicos mochis rellenos de anko (pasta dulce de judías o porotos del tipo azuki) hasta los más contemporáneos con rellenos de frutas frescas, los amantes de la repostería pueden encontrar una amplia gama de opciones para satisfacer sus gustos.
Una de las maravillas de los mochis es cómo están estrechamente vinculados con las estaciones del año en Japón. Durante el Año Nuevo, los «kagami mochi» son tradicionalmente exhibidos como ofrenda en los hogares, mientras que los «sakura mochis» hacen su aparición en primavera, celebrando la floración de los cerezos. Esta conexión estacional añade un encanto especial a la experiencia de disfrutar estos manjares.
A medida que la cocina japonesa se ha globalizado, los mochis también han evolucionado. Ahora, podemos encontrar versiones contemporáneas que fusionan lo tradicional con lo moderno. Mochis rellenos de helado, cubiertos con matcha o incluso versiones saladas con rellenos de mariscos son solo algunos ejemplos de cómo esta delicia ha trascendido fronteras y se ha adaptado a los paladares contemporáneos.
¿Dónde los encuentras en Chile? Son pocos los lugares, uno de ellos es Mochis Churris en Alameda 333, Santiago Centro. «Su especialidad son los mochis, pasteles tradicionales japoneses que atraen la buena suerte y la prosperidad y que acá se rellenan de helado artesanal», nos relata La Tercera.
Consejos para Degustar Mochis como un Experto
• Los mochis son mejores cuando son frescos. Busque tiendas especializadas que ofrezcan estas delicias recién preparadas.
• Experimente con diferentes tipos de mochis para apreciar la diversidad de texturas, desde los suaves y esponjosos hasta los más densos y masticables.
• Combínelos con té matcha, sake o incluso vinos dulces para una experiencia de degustación única.
En conclusión, los mochis no son simplemente golosinas; son una obra maestra de la pastelería japonesa que ha resistido la prueba del tiempo. Sumérjase en la rica historia y variedad de sabores que ofrecen estos pequeños bocados, y descubra por qué los mochis continúan encantando a los amantes de la Bakery en todo el mundo.
Fuentes:
La Tercera
Bonviveur
Telemaki