No solo se trata de hacer que la comida se vea bonita, sino también de transmitir una historia, un concepto o una experiencia a través de las imágenes que presentamos.
«Pensar que comer, fisiológicamente hablando, es un acto puramente gustativo, en el que solo interviene el sentido del gusto es un error. Es básicamente un acto en el que el sabor, percibido a través del sentido del gusto, juega un papel fundamental, obviamente, pero la percepción de las texturas, que seguramente tiene más que ver con el tacto que con el gusto, aunque las percibamos con los mismas partes del cuerpo (labios, lengua y paladar), condicionan nuestro juicio sobre lo que comemos», señala Albert Molins en su análisis para el diario La Vanguardia de España.
En el universo del marketing de alimentos, reconocemos que la estética juega un papel crucial en la percepción del consumidor. El food Styling, o estilismo de alimentos, es mucho más que una simple fotografía de un plato; es una forma de arte y comercialización que busca capturar la atención y el apetito del espectador.
El estilismo alimentario se utiliza en una variedad de contextos, incluyendo la publicidad de alimentos, libros de cocina, menús de restaurantes, revistas gastronómicas, redes sociales y más. En el mundo del marketing de alimentos, el estilismo culinario desempeña un papel crucial en la creación de imágenes atractivas que capturan la atención del público y generan interés en los productos alimenticios.
Según Unilever México, en un contexto donde la industria alimentaria demanda creatividad y nuevos enfoques, el food Stylling emerge como una herramienta esencial. Los chefs se esfuerzan por resaltar las cualidades culinarias y nutricionales de los ingredientes, sin sacrificar el sabor. En este panorama, la apariencia de los alimentos adquiere una importancia significativa, ya que la combinación de sabor y presentación es clave para generar experiencias satisfactorias y apetecibles.
Los establecimientos de pastelería, pizzerías, cafeterías y panaderías tienen en sus manos una herramienta poderosa para atraer y retener clientes: el smartphone. La imagen es el ingrediente final que puede determinar el éxito de un producto, ya sea a través de fotografías o vídeos breves.
El objetivo del food styling es hacer que la comida luzca fresca, vibrante y tentadora. Esto se logra aprovechando las capacidades de las cámaras y filtros de los últimos modelos de teléfonos móviles, centrándose en capturar la textura de las preparaciones y transmitir emociones.
Es posible que algunos se sientan intimidados por la idea de incursionar en el mundo del food styling, pero existen numerosas fuentes de inspiración disponibles. Desde libros de cocina que muestran cómo los chefs presentan sus platos hasta revistas gastronómicas que cuentan historias a través de la comida, pasando por la publicidad cuidadosamente planificada de las cadenas de comida rápida y el uso de la comida en el cine y la televisión para transmitir emociones.
Las redes sociales, en particular, han desempeñado un papel crucial en la popularización del food styling, permitiendo a cualquier persona compartir sus creaciones culinarias y obtener inspiración de otros usuarios utilizando etiquetas como #instafood, #foodstagram y #foodphotography. En última instancia, el food styling es una herramienta poderosa en el arsenal de cualquier empresa alimentaria que busca cautivar a su audiencia y diferenciarse en un mercado cada vez más competitivo.
Fuentes:
La Vanguardia
Unilever México
Domestika