Hace unos días atrás se transparentó que la cadena de comida rápida Pedro, Juan y Diego enfrenta una grave crisis financiera que la sitúa al límite de su capacidad financiera.
De acuerdo a un reporte del medio especializado El Pulso, el riesgo de una posible liquidación forzosa se habría activado tras el incumplimiento de un acuerdo con sus acreedores. El 30 de septiembre de 2023, la sociedad Cuatro SpA, encargada de operar los locales de Pedro, Juan y Diego, presentó una solicitud de reorganización concursal con el fin de reordenar sus pasivos y evitar su cierre definitivo. Sin embargo, los recientes incumplimientos en el calendario de pagos han puesto en jaque la viabilidad de este proceso.
La situación que atraviesa la marca es similar a la vivida por Pollo Stop, también parte del holding Unifood. Pedro, Juan y Diego reporta deudas por $17.100 millones, con 58 sucursales operativas y una dotación de 640 empleados. En su momento, Cuatro SpA atribuyó la crisis a factores externos, como el estallido social y las manifestaciones del último trimestre de 2019, que afectaron significativamente su operación.
¿Esta es otra muestra más de una caída del sector del fast food en Chile? De acuerdo a fuentes consultadas por el periódico The Clinic «El presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía (Achiga), Máximo Picallo, indicó que más que un declive como tal, “hay algunas cadenas que se dieron fuertemente afectadas por la pandemia, con un nivel de sobreendeudamiento importante”. A lo anterior hay que agregarle los mayores costos laborales, señaló Picallo, como “el aumento del salario mínimo, la reducción de la jornada laboral. Y en el futuro vienen nuevos costos, como son las nuevas cotizaciones para el tema previsional, la reducción de la jornada que va a pasar de 44 horas a 42 en un año más, y luego a 40”. “Todos estos costos no se han visto de alguna manera, o lamentablemente el sector no ha podido transferirlos a mejoras en productividad”, acotó el presidente de Achiga, enfatizando que esto fue el resultado del estallido social, sumado a la pandemia, o sea la mayor crisis que ha sufrido el sector gastronómico. Y recién los cierres se ven con un rezago”.
El informe más reciente indica que la cadena de fast food no cumplió con una cuota de $27 millones vencida el 28 de diciembre de 2024, abonando solo $9 millones. Además, el pago correspondiente a enero tampoco fue realizado dentro del plazo establecido. Estas fechas y montos fueron aprobados por el 5° Juzgado Civil de Santiago, pero los reiterados incumplimientos han complicado el panorama financiero.
La situación fue documentada por el interventor Enrique Ortiz, quien notificó al superintendente de Insolvencia y reemprendimiento, Hugo Sánchez, sobre el incumplimiento. Según la normativa vigente, cualquier acreedor afectado o el propio interventor, puede solicitar al tribunal la liquidación forzosa de la empresa. Esto haría exigibles todas las obligaciones suspendidas y ordenaría la ejecución de garantías.
De acuerdo a las fuentes consultadas «Según informó Cuatro SpA, la sociedad cuenta –al momento de la reorganización– con 58 locales, 640 trabajadores y pasivos por más de $17.149 millones. Sus principales acreedores en aquel momento eran el banco Santander Chile, Bidvest y Comercial CCU. Finalmente, Unifood ya había señalado que este tipo de situaciones es usual, y que al menos en el caso de Pollo Stop, están definiendo un nuevo plan para pagar sus obligaciones».
Con esta cadena de incumplimientos, el futuro de Pedro, Juan y Diego a pesar de los comunicados de la empresa, parece incierto. La posibilidad de una liquidación forzosa podría desencadenar el cierre definitivo de una de las principales marcas de comida rápida del país.
Fuentes:
ADN Radio
The Clinic
Radio Biobío