Es un clásico de la repostería alemana que ha sabido mantenerse relevante en panaderías y pastelerías especializadas. Hoy revisaremos algunos aspectos de su dulce historia.
El mundo del Bakery profesional siempre está en búsqueda de elaboraciones que no solo sean atractivas para el consumidor, sino que además representen una tradición bien definida. En este contexto, el Bienenstich, o «Picadura de Abeja», es un clásico de la repostería bávara que ha logrado mantenerse relevante en panaderías y pastelerías especializadas. Su combinación de masa esponjosa, crema suave y una cobertura caramelizada de almendras lo convierte en una opción ideal tanto para consumo individual como para su comercialización en porciones.
Este postre tiene un origen envuelto en leyendas. Se dice que en el siglo XV, unos panaderos de Andernach, una ciudad alemana, utilizaron colmenas de abejas para repeler un ataque enemigo. Como celebración por su ingenio y victoria, crearon esta tarta, que desde entonces lleva el nombre de «Picadura de Abeja». Más allá de la historia, el Bienenstich se consolidó en la tradición germana como una tarta especial para ocasiones importantes y sigue siendo un referente en la pastelería centroeuropea.
Características del Bienenstich
El Bienenstich se distingue por su estructura y contrastes de sabor. Se compone de tres elementos fundamentales:
• Masa de levadura: A diferencia de otras tartas que usan bizcocho esponjoso, la base del Bienenstich es una masa de levadura que le da una textura más consistente, similar a la de un brioche. Esto le permite soportar rellenos sin perder estabilidad.
• Relleno cremoso: Tradicionalmente se elabora con una crema pastelera enriquecida con mantequilla o crema diplomática, lo que aporta suavidad y un toque lácteo inconfundible.
• Cobertura de almendras caramelizadas: Su sello característico es la capa de almendras fileteadas caramelizadas con miel y mantequilla, que al hornearse adquieren un tono dorado y una textura crocante.
El Bienenstich es una muestra de cómo un postre con raíces centenarias sigue vigente en la industria Bakery. Su equilibrio entre suavidad, cremosidad y crocancia lo convierten en una opción versátil y atractiva para cualquier pastelería que busque innovar sin perder la esencia de la tradición.
Incorporar este clásico alemán al menú puede ser una estrategia efectiva para diferenciarse en un mercado que valora tanto la calidad artesanal como las historias detrás de cada elaboración.
Fuentes:
OK Diario
196 Flavors
María Drexler