La industria de esta popular semilla incrementa su enfoque en reducir los daños ambientales causados por el mal manejo de los subproductos generados durante la producción de este fruto.
“Un claro ejemplo es la cáscara del cafeto, que solía considerarse un desecho y frecuentemente se vertía en los ríos, provocando su contaminación. No obstante, hoy en día, en muchas fincas, se busca maximizar el aprovechamiento de estos residuos, transformándolos en alimentos aptos para el consumo humano”, destaca “Primero Café”, portal de noticias del sector.
Entre estos productos aptos para ser consumidos en los mercados globales se encuentra la harina de café, que se obtiene al separar la cereza (cáscara) del grano, secarla y luego molerla. Según la empresa Coffee Cherry, la compra de 40.000 libras de residuos de café cereza para la elaboración de harina tiene un impacto ambiental positivo inmediato. Esto se traduce en 280.702 libras menos de desechos que, de otro modo, contaminarían campos y arroyos al descomponerse, además de reducirse en 101.053 kilos las emisiones de dióxido de carbono en la atmósfera.
La harina de café es un ingrediente relativamente novedoso que está ganando popularidad en el mundo de la panadería y repostería contemporánea, tanto por sus propiedades nutricionales como por su potencial para diversificar la oferta de productos. Se elabora a partir de la pulpa del fruto del café, también conocido como cereza de café. Tradicionalmente, esta pulpa se descartaba durante el proceso de producción del café, pero hoy en día se ha encontrado una manera de convertirla en un polvo seco, rico en nutrientes. Es importante destacar que la harina de café no contiene cafeína, ya que se produce a partir del fruto y no de los granos.
La harina de café ofrece un perfil nutricional interesante, ya que es rica en fibra, antioxidantes, hierro, y potasio, lo que puede elevar el valor nutricional de productos horneados. Además, tiene un bajo índice glucémico, lo que la convierte en una opción atractiva para productos orientados a consumidores que buscan alternativas más saludables.
Usos en productos de panadería
Pan artesanal y panes especiales: Al mezclar la harina de café con harinas tradicionales (trigo, centeno, etc.), se pueden crear panes con un sabor distintivo, ligeramente afrutado y con un toque terroso. Esto resulta en un producto que no solo es innovador en sabor, sino también nutritivo. La harina de café puede incorporarse en cantidades moderadas (entre un 10 y un 15% de la mezcla total de harina) para evitar que domine el sabor general del pan.
Pasteles y galletas: En productos dulces como pasteles, muffins y galletas, la harina de café añade un toque sutil que puede complementarse con otros ingredientes como chocolate, frutos secos y especias. Además, puede ser un sustituto parcial de la harina de trigo en recetas gluten-free, aunque requiere ajustar la proporción de líquidos para mantener la textura adecuada.
Repostería saludable: Su bajo índice glucémico y alto contenido en fibra hacen que la harina de café sea ideal para la creación de productos destinados a dietas bajas en carbohidratos o con un enfoque en la salud digestiva. Las barras energéticas, brownies saludables y bocadillos funcionales son ejemplos de productos en los que este ingrediente puede desempeñar un papel clave.
Decoración y estética en Bakery gourmet: Además de ser usada como ingrediente principal, la harina de café puede utilizarse como un elemento decorativo en la panadería gourmet. Se puede espolvorear sobre panes o pasteles para agregar un contraste visual interesante, mejorando la presentación de los productos.
El uso de harina de café en la panadería también responde a una creciente demanda por productos sostenibles y éticos. El aprovechamiento de la pulpa del café, que de otro modo se desecharía, reduce el desperdicio alimentario y promueve una economía circular. Esto puede ser un argumento de marketing poderoso para atraer a consumidores interesados en productos ecológicos y responsables.
A pesar de sus beneficios, la harina de café también presenta ciertos desafíos en su uso en panadería. Uno de los principales es su intensidad de sabor, que si no se maneja adecuadamente puede dominar o alterar el perfil de otros ingredientes. Además, su textura más fibrosa requiere ajustes en las proporciones de líquido y grasa en las recetas tradicionales.
Fuentes:
Primero Café
RedBakery
Modern Farmer